Primera sentencia del Vaticano tras la reforma para frenar las falsas apariciones: no, la Virgen no multiplica la pizza y los ñoquis

Gisella Cardia, una siciliana de 54 años, afirma tener la piel marcada por estigmas y comunicarse directamente con María

Giulia Cardia, 'vidente' Trevignano

No hay sobrenaturalidad. Así lo ha sentenciado el Vaticano en relación al caso de los supuestos milagros marianos en Trevignano. Y es que, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, en la primera sentencia desde la publicación del documento ‘Normas para proceder en el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales’, pone así punto y final a las falsas apariciones de la Virgen a Gisella Cardia y a la multiplicación de los ñoquis y las pizzas.



El Vaticano ratifica, así, las conclusiones reveladas en el documento del pasado 6 de marzo publicado por el obispo de Civita Castellana, Marco Salvi. Por ello, ha prohibido celebrar los sacramentos o realizar actos de piedad popular u organizar peregrinaciones, momentos de oración y reuniones de diversa índole en los lugares de los supuestos acontecimientos marianos en Trevignano Romano.

Doctrina de la Fe

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El caso de Gisella Cardia

Y es que, desde hace varios años, Gisella Cardia, una siciliana de 54 años, afirma tener la piel marcada por estigmas y comunicarse directamente con la Virgen. El caso, muy mediatizado, ha atraído a cientos de peregrinos que cada mes acuden a ese pueblo para rezarle a una imagen cerca del lago de Bracciano.

Ex empresaria condenada en 2013 por quiebra fraudulenta, aseguró que había visto la imagen de la Virgen llorando lágrimas de sangre y que había asistido a una multiplicación de pizzas y ñoquis, como en el milagro de la multiplicación de los panes y los peces que se describe en el Evangelio.

El caso fue de boca en boca y, gracias al éxito cosechado, Cardia fundó una asociación que le granjeó un jugoso negocio alimentado por las donaciones individuales. Ante la magnitud del caso, la diócesis inició una investigación en abril de 2023, después de que numerosos vecinos, hartos del vaivén incesante de devotos, denunciaran una “estafa gigante”.

Tras una “atenta” evaluación del caso y “tras escuchar los testimonios en el lugar y haber consultado a una comisión de expertos”, incluido un psicólogo y un experto en la Virgen María, el obispo Marco Salvi decretaba “el carácter no sobrenatural de los hechos en cuestión”.

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