Raúl Biord: “El diálogo es el único camino racional para construir un país”

arzobispo de Caracas

Francisco ha relevado a uno de sus hombres de confianza en Venezuela, el cardenal Baltazar Porras, quien desde enero de 2023 asumió como arzobispo de Caracas. En su lugar, ha delegado el gobierno pastoral de la principal jurisdicción venezolana al salesiano Raúl Biord Castillo, quien desde 2014 gobierna la diócesis de La Guaira, sufragánea de Caracas.



A solo cuatro meses de cumplir 80 años, Porras agradeció al Papa el tiempo extra y, desde Roma, donde se encuentra cumpliendo compromisos con la Pontificia Comisión para América Latina, dio la bienvenida a su sucesor: “Lamento no poder estar en Caracas para darle físicamente un abrazo”. Biord, por su parte, acogió el gesto de cercanía con “sentimientos de humildad y mucha gratitud a Dios”. Y se detuvo un momento para agradecer a Porras, quien “seguirá siendo para nosotros padre, guía y consejero”. Por supuesto, al fallecido cardenal Jorge Urosa y a todos sus predecesores.

El nuevo arzobispo de Caracas, Raúl Biord

El nuevo arzobispo de Caracas, Raúl Biord

El prelado, de 61 años, nació en Catia –uno de los suburbios más populares de la capital– el 23 de octubre de 1962 y creció en San Antonio de los Altos, en el estado de Miranda. El 7 de septiembre de 1980 realizó su primera profesión como salesiano y, siete años después, el 8 de septiembre de 1987, realizó su profesión perpetua en Roma. Regresa al terruño caraqueño tras cumplir importantes tareas desde el Episcopado venezolano: de 2018 a 2022 fue segundo vicepresidente para luego asumir la secretaría general de 2022 a 2023, también como delegado ante el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

Es consciente de lo grande y compleja de la misión. Sobre todo en un país donde la polarización está en su nivel más alto de cara a las venideras elecciones del 28 de julio. Biord apela a la intercesión del beato José Gregorio Hernández para que cada venezolano siga su ejemplo de probidad, inteligencia y entrega a los demás: “Dios nos conceda verlo santo pronto y que él interceda por la unión, reconciliación y progreso de todos los venezolanos”.

PREGUNTA.- ¿Cómo recibe este nombramiento y más aún al relevar a una figura como el cardenal Porras?

RESPUESTA.- Al recibir la noticia de que el Santo Padre me confía como nueva misión acompañar a la Iglesia local de Caracas como su arzobispo, experimento sentimientos de humildad y mucha gratitud a Dios. Gracias a Francisco por su testimonio y magisterio, por su compromiso en infundir espiritualidad y alentar la vida en todas sus manifestaciones, y por haber confiado en mí al nombrarme, hace poco más de diez años, obispo de La Guaira y ahora arzobispo de Caracas. Soy consciente de mis límites, pero le prometo que haré todo lo posible por cumplir esta misión, en unión con los obispos auxiliares, el clero, religiosas y laicos, caminando juntos como Pueblo de Dios.

Mosaico de iglesias locales

P.- La experiencia sinodal que ha emprendido desde 2014 en La Guaira, ¿la replicará en Caracas?

R.- Toda Iglesia local tiene y debe tener una vida propia. Un hijo no debe replicar a sus padres, sino llevar su propia vida, tomar sus decisiones, realizar el proyecto que Dios le tiene preparado. Si hay algo que tenemos que excluir es lo que llamaría la ‘pastoral de clonación’, copiar los modelos foráneos de Iglesia, repetir esquemas, porque funcionaron en otro lugar. El Concilio Vaticano II abogó por esta multiplicidad de situaciones, de expresiones y por una diversidad de procedimientos y de ritmo. Y esto se refería no solo al uso de las lenguas vernáculas en la liturgia, sino sobre todo al derecho a una espiritualidad, disciplina y dinamismo propios, y a una reflexión propia sobre el misterio de la salvación.

La variedad de las Iglesias locales forma un mosaico que abarca el mundo entero, que en su conjunto muestra la belleza y profundidad del misterio de Cristo, y que ninguna Iglesia en un lugar puede agotar. Las Iglesias locales y la Iglesia universal no se excluyen. Entre ellas hay una doble expresión y una doble responsabilidad. Dicho esto, soy consciente que La Guaira no es Caracas, ni Caracas La Guaira. Son realidades que, aunque cercanas, tienen una identidad propia. Caracas es una ciudad compleja y heterogénea.

P.- ¿Cuáles serán sus primeras acciones?

R.- No llevo un plan ni un proyecto preconcebido. Voy a visitar las parroquias y comunidades, a encontrarme con la gente para escuchar y aprender. Juntos, obispos auxiliares, sacerdotes, diáconos, religiosas y laicos, nos pondremos a la escucha del Espíritu e iremos caminando juntos y construyendo un proyecto pastoral compartido.

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