Los dos nuevos obispos auxiliares de Madrid, José Antonio Álvarez y Vicente Martín, desvelaron hoy el consejo que les dio el Papa Francisco cuando hace unos días fueron recibido por él en Roma: “No perdáis la alegría”. Así lo pusieron de manifiesto en una intervención conjunta que realizaron al finalizar la misa en la que fueron ordenados obispos. En la ceremonia que tuvo lugar en la catedral de la Almudena y que fue presidida por el cardenal José Cobo, concelebraron más de 70 obispos, entre ellos, seis cardenales.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- PODCAST: Diáconos en servicio permanente
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Mano a mano, Martín y Álvarez ratificaron que “con alegría venimos a sumar”. “Nos incorporamos con ilusión y sueños en el proyecto evangelizador diocesano”, expusieron los recién estrenados prelados, que se suman a Juan Antonio Martínez Camino y Jesús Vidal, en el equipo de auxiliares de Cobo en la Archidiócesis de Madrid.
Criterios serios
En su alocución, subrayaron que “los pobres y los excluidos, preferidos del Señor, se convierten en uno de nuestros criterios más serios y en la hoja de ruta para construir fraternidad abierta y universal”. “La caridad cristiana no entiende de fronteras, solo de compasión y dignidad, tiende puentes y acorta distancias”, expresaron.
Es más, aseguraron que “queremos escuchar el grito de los más pobres porque en ellos escuchamos los gritos del Dios que sigue viendo, escuchando y sintiendo el clamor de su pueblo. Ser Iglesia acogedora, samaritana y fraterna”.
A partir de ahí, reivindicaron la urgencia de trabajar por “la justicia y la fraternidad en un mundo lleno de sombras, donde la dignidad humana está en crisis a causa de las guerras y las crecientes polarizaciones, del drama de las migraciones forzadas, de la precariedad laboral, de la violencia por los abusos y el deterioro de la casa común”.
En esta misma línea, explicitaron que “soñamos poner, ante todo, en el centro de nuestra vida y ministerio al Dios que nos ha llamado, para aprender a ver la humanidad, esta sociedad madrileña, con su misericordia y abrazar el mundo con la esperanza del Evangelio”.
Ser comunidad
“Caminar juntos, soñar juntos y construir juntos es uno de nuestros retos”, verbalizaron Álvarez y Martín, desde el convencimiento de ser “Iglesia misionera y sinodal, Iglesia en camino, redescubriendo la vocación común bautismal y profundizando en nuestro ser comunidad cristiana en medio de una sociedad cada día más individualista y desvinculada”.
Además agradecieron en público cuantos los han acompañado en su vida personal y de fe: “Gracias damos a Dios por la vida y entrega de tantos hombres y mujeres que nos enseñaron la verdadera sabiduría de la vida, aquella que nos fue seduciendo y haciendo comprender que hay más alegría en dar que en recibir”. A partir de ahí, entonaron un “Padre nuestro, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”.