Redactor de Vida Nueva Digital y de la revista Vida Nueva

Tras las elecciones legislativas, ¿qué Francia abrirá de nuevo las puertas de Notre Dame?


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Los resultados

Las estimaciones durante la noche electoral a la Asamblea Nacional francesa han confirmado el pinchazo del partido de Marine Le Pen –Rassemblement national (RN)– en desde las elecciones francesas hasta este 7 de julio. Los seguidores de hecho no han acudido a la sede del partido sino que se han echado a la calle. Tres semanas en las que ha ido escalando posiciones el Nuevo Frente Popular el partido apoyado por las formaciones de izquierdas para impedir la mayoría de la extrema derecha. Sin embargo, también el candidato más votado se queda lejos de una mayoría absoluta dejando a Francia, según la primera crónica de ‘La Croix’ en la noche electoral en “una situación política inédita y muy complicada”.



Los resultados de la primera vuelta el 30 de junio hicieron que el partido de Le Pen RN fijara su objetivo en lograr unos 270 diputados de un parlamento en el que la mayoría absoluta está en 289 escaños. Ahora, con los mismos sondeos con los que Macron convocó elecciones en la noche de las europeas, RN baja hasta convertirse en la tercera fuerza; tras la izquierda –Nouveau Front populaire (NFP)– gana con unos pobres 188-199 escaños y el centrista Ensemble! –el bloque del presidente Emmanuel Macron– se quedaría con unos 164-169 diputados.

Más allá del incierto panorama de gobierno que queda en la cámara en los electores se constata que ha calado el mensaje de parar la extrema derecha más allá de que RN haya apelado a la llamada a la necesidad de recuperar la seguridad y afrontar de manera restrictiva la situación de los migrantes –a pesar de los continuos guiños a la restauración de algunas medidas podríamos decir de “estado del bienestar”–. Ahora bien, tampoco es que el camino seguido por las distintas opciones de izquierdas, que no llegaron pacificadas a esta segunda vuelta, ofrezca una propuesta clara a los electores más allá del rechazo a Le Pen. Y es que la alegría que ha mostrado por el resultado el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, da un peso inesperado a la extrema izquierda. Por lo tanto, los mensajes de campaña tampoco ayudan a un gran optimismo ante el mapa parlamentario que sale de la jornada.

Las advertencias

En estas tres semanas de campaña permanente vivida en Francia también las entidades religiosas han dejado oír su voz. En la edición semanal de ‘La Croix’ se proponían una serie de puntos en los que los cristianos pueden ofrecer una aportación cualitativa para “una democracia más viva”. Pasaría por apostar por una solidaridad con los más cercanos y los más lejanos desde la llamada de Francisco a la fraternidad universal, la propuesta de una radicalidad evangélica que huye de los extremismos en los que se ha polarizado la sociedad, la aportación de una justicia social desde la dignidad de la vida humana en sentido integral, el claro objetivo común por el bien común, la defensa de la democracia como valor espiritual, la capacidad de profecía frente al miedo y, po supuesto, el compromiso real.

La Federación Protestante de Francia invitaba a sus fieles el pasado 3 de julio a votar “en conciencia y responsabilidad, superando su ira, sus resentimientos y su único interés particular” contra “el discurso de odio y división”. “Los diques culturales han cedido, soltando una ola nauseabunda de palabras de odio racistas, antisemitas o xenófobas”, denunciaba el presidente de la entidad Christian Krieger lleno de expresividad; mientras lamentaba que en la política “la capacidad de escuchar el otro propósito se ha reducido drásticamente”. Por ello llamaba a “evitar a nuestro país, a los más frágiles de sus ciudadanos, así como a nuestros vecinos europeos, la desestabilización que representaría una Francia gobernada por un partido extremo destinado a socavar las libertades fundamentales y los derechos humanos”.

Marine Le Pen y Jordan Bardella celebran el triunfo en las elecciones europeas en Francia

Marine Le Pen y Jordan Bardella celebran el triunfo en las elecciones europeas en Francia.

La fábula

Hace unos días, el sacerdote asuncionista Arnaud Alibert en un editorial para ‘La Croix’ presentaba la sensación de los partidos y hasta cierto punto el ánimo de los votantes recurriendo a una fábula de Jean de La Fontaine –adaptada de Esopo–: la del león y el ratón. Un aviso a navegantes.

“Debemos ser generosos con todos, pues en cualquier momento necesitamos la ayuda de alguien más humilde que nosotros. De esta verdad estas fábulas darán fe en un instante.

Saliendo de su agujero harto aturdido, un ratoncillo fue a caer justo en las garras del león. El rey de los animales, demostrando su poder, le perdonó la vida. Su generosidad no fue en vano, porque ¿quién hubiera creído que el león pudiera necesitar un día de la gratitud de un sencillo ratoncillo?

Sucedió que en cierta ocasión en que el león salió de su selva, cayó en unas redes, de las cuales no podía librarse con sus fuertes rugidos. Lo oyó el ratoncillo, y acudió al sitio. Trabajó tan bien con sus pequeños dientes, que una vez roída una malla, el león terminó de desgarrar la trama entera

En ciertos casos pueden más la paciencia y el tiempo que la ira y la fuerza.

Y una buena acción, en algún momento tiene su recompensa”.