Redactor de Vida Nueva Digital y de la revista Vida Nueva

¿Hay que temer un magnicidio?


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Los disparos

Más allá de las noticias deportivas, el fin de semana se ha visto agitado por los disparos efectuados durante un mitin en Butler, Pensilvania del expresidente estadounidense y próximo candidato a las elecciones de noviembre por el partido republicano Donald Trump. “Solo Dios impidió lo impensable” es el mensaje que enviaba este domingo tras un sinfín de reacciones de medio mundo contra la violencia. Las fuerzas de seguridad sacaron en volandas a Trump que fue alcanzado por una bala en la oreja derecha durante su intervención el sábado, 13 de julio.



Un hilillo de sangre quedaba visible en su cara mientras era trasladado a un hospital y levantaba el puño pensando en sus seguidores en mitad de la conmoción y el susto. Las fuerzas de seguridad han detenido como presunto autor de los disparos al joven de 20 años sin antecedentes, Thomas Matthew Crooks, quien habría provocado en atentado con un rifle semiautomático AR-15 comprado por su padre y tendría en su vehículo y en su casa material para crear explosivos caseros. Compañeros de clase de Crooks están destacando en los medios locales el acoso que el muchacho sufrió durante el instituto.

Atentado contra Donald Trump en acto de campaña en Pensilvania

Atentado contra Donald Trump en acto de campaña en Pensilvania. Foto: EFE

Crooks fue abatido casi inmediatamente por francotiradores del Servicio Secreto y de la Policía estadounidense en un intercambio de disparos inmediatamente después de que el joven abriera fuego. Esto ha dejado un muerto y dos heridos de gravedad, además de Trump. El fallecido es un antiguo jefe del Departamento de Bomberos Voluntarios de un municipio rural vecino de nombre Corey Comperatore, de 50 años y padre de dos hijas, según confirmó el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro. La investigación no alcanza a descubrir las razones del tiroteo teniendo en cuenta que el tirador estaba registrado como votante republicano –aunque habría donado 15 euros a una entidad cercana a los demócratas según ‘The New York Times’–. El chico, que trabajaba en la cocina de una residencia de ancianos, se subió a un tejado cerca del lugar del mitin y donde sería abatido.

Desde el Vaticano se señaló en un comunicado que “la Santa Sede expresa su preocupación tras el episodio de violencia de anoche que hiere a las personas y a la democracia, causando sufrimiento y muerte”. En el texto se muestra “unido en la oración de los obispos estadounidenses por Estados Unidos, por las víctimas y por la paz en el país, para que los motivos de los violentos nunca prevalezcan”. Por su parte, el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, el arzobispo Timothy Broglio ha publicado: “Junto con mis hermanos obispos, condenamos la violencia política y ofrecemos nuestras oraciones por el presidente Trump y aquellos que murieron o resultaron heridos”.

La maleta

Más desapercibida ha pasado, ya que no llegó ni a tentativa, la maleta encontrada hace poco más de una semana en la estación italiana de Trieste. El papa Francisco participó el pasado 7 de julio en la clausura de la Semana Social de la Conferencia Episcopal Italiana en esta localidad que es toda una curiosidad geográfica a pocos kilómetros de Eslovaquia que puedo que alguno conozca por las novelas de Susanna Tamaro. El pontífice ante los delegados de las diócesis, pronunció su discurso de clausura de una Semana que ha llegado a las 50 ediciones y subrayó la necesidad de una democracia restaurada y, sobre todo, participativa. Tras su discurso celebró la eucaristía y rezó el ángelus ante los más de 8.000 fieles congregados en la Piazza Unità d’Italia.

“Mientras nuestro sistema económico y social siga produciendo una sola víctima y haya un solo descartado, no podrá celebrarse la fraternidad universal”, fue uno de los mensajes del Papa que lo mismo citó a Aldo Moro o al beato Giuseppe Toniolo, creador precisamente de las Semanas Sociales de los Católicos. En lugar de reclamar una mayor seguridad y repliego animó a los presentes recalcando que “necesitamos el escándalo de la fe, una fe enraizada en el Dios que se hizo hombre y, por tanto, una fe humana, una fe de carne, que entra en la historia, que acaricia la vida de las personas, que cura los corazones rotos”.

Pasada la visita hemos sabido que la seguridad del papa Francisco tuvo que ser reforzada durante esta breve visita tras el hallazgo de una pistola en el interior de la maleta abandonada en la estación. Se trata de un arma semiautomática de origen checo, del calibre 9, con cargador y 14 balas. Este curioso equipaje se completaba, según informaron los medios públicos italianos, con unos zapatos y algunas prendas sin usar –todavía estaban con las etiquetas– de origen turco. La unidad de inteligencia y antiterrorismo continúa investigando sobre una posible conexión entre el arma y la visita papal. En este sentido, las cámaras de la estación han grabado al propietario de la maleta, hombre de 1,75 metros de altura, de tez oscura y que mira a todas direcciones antes de abandonar el equipaje.

Las autoridades italianas trasladaron su información al Vaticano quien siguió adelante con la visita. El obispo local, Enrico Trevisi, ha confirmado tras la visita y trascender esta informa que Francisco estaba al tanto de lo ocurrido y “estuvo sereno” en todo momento. Ahora que el prelado ha pasado el susto inicial, destacó que los ciudadanos de Trieste “han acogido con gran alegría la llegada del Papa, y no queremos que esta alegría se vea perturbada por otros pensamientos”, y por ello invitó a “atesorar las palabras del Papa”. Como en el caso de Trump poco sabemos de las motivaciones, pero sí de lo sintomático del momento en que vivimos que nos dejan estas escenas.