El papa Francisco exhortó a la Iglesia en Guatemala a “‘eucaristizar’, anunciando a todos la buena noticia de la presencia viva y vivificante de Jesús sacramentado en medio de nosotros”.
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Los católicos de ese país celebraron del 10 al 14 de julio el Congreso Nacional Eucarístico por los 500 de evangelización, por lo que el Pontífice les pidió en una carta dirigida al arzobispo de los Altos Quetzaltenango – Totonicapán, Mario Alberto Molina Palma, “continuar ahondando en la espiritualidad eucarística siendo constructores de la unidad en la caridad y testigos alegres de la esperanza que no defrauda”.
En ese territorio arquidiocesano se celebró el congreso que llevó como lema ‘Yo soy el pan de vida’, y que también incluyó misas y una procesión eucarística.
La carta del Papa fue hecha pública por la Conferencia Episcopal de Guatemala y leída por el nuncio apostólico, Francisco Montecillo Padilla en el marco del congreso.
“Falta mucho para lograr la paz y la justicia”
En el marco del congreso se llevó a cabo una misa en la Catedral Metropolitana de la Arquidiócesis de Santiago de Guatemala, el jueves 11 de julio, en acción de gracias por 500 años de evangelización y de presencia de Jesús Sacramentado en ese país.
Asimismo, tuvieron lugar celebraciones diocesanas del acontecimiento evangelizador, en tanto que los eventos centrales se realizaron los días 13 y 14 de julio, en Quetzaltenango, con la procesión eucarística y la Santa Eucaristía en el Parque Central, frente a Catedral, presidida el obispo Mario Molina.
En un mensaje del episcopado guatemalteco, cuyo presidente es el obispo de la Verapaz, Rodolfo Valenzuela, los obispos agradecieron el mensaje del Pontífice en ocasión del Congreso Nacional Eucarístico.
Y manifestaron que a lo largo de 500 años, la Iglesia “en todas sus comunidades ha crecido y se ha expandido la buena noticia de Jesús, ha sido acogida por numerosos pueblos y nos ha hecho crecer en dignidad, conscientes de esa vida divina que nos transmite y que no acaba con la muerte; aún falta mucho para lograr la paz, la justicia y la reconciliación a las que el evangelio de Jesús nos invita“.