Los salesianos de España y Portugal llevan a 600 jóvenes a conocer los lugares de Don Bosco

El recorrido, que comenzará en Barcelona, tendrá lugar del 30 de julio al 8 de agosto

El Campobosco 2024 está a punto de comenzar. Con el lema ‘Te daré la Maestra’, la edición de este año albergará a 600 participantes, de 19 años de edad en adelante, pertenecientes al Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) de salesianos y salesianas de España y Portugal.



Organizado por la Pastoral Juvenil Salesiana de ambos países, los participantes, animadores de Centros Juveniles salesianos en su mayoría, visitarán, del 30 de julio al 8 de agosto, los lugares salesianos más importantes del nacimiento del carisma salesiano, reflejado en la vida y obra de los santos Juan Bosco y María Mazzarello (Maín). Algunos de estos lugares están en Barcelona (los cuales visitó Don Bosco), pero, sobre todo, en I Becchi, Mornese, Chieri y Turín-Valdocco (estos últimos en Italia).

Los objetivos del encuentro son hacer vida cristiana encontrándose con Jesús a través de la experiencia de vida católica que vivieron Don Bosco, Maín y los jóvenes del primer oratorio; proponer las figuras de los jóvenes santos que florecieron en Valdocco y Mornese como inspiración para el propio proyecto de vida evangélico; y vivir el sentido de Iglesia desde el protagonismo juvenil y la comunión carismática en sintonía con toda la comunidad cristiana que camina hacia el sínodo.

Itinerario de la peregrinación

El punto de partida será Barcelona, con la inauguración del encuentro este próximo sábado 30 de julio. Don Bosco visitó la ciudad condal en abril-mayo de 1886, dos años antes de su fallecimiento. La ruta continuará, tras un largo viaje en autobuses atravesando Francia, por el Piamonte italiano. Los jóvenes se alojarán en el Colle Don Bosco en I Becchi, lugar en el que nació Juan Bosco en agosto de 1815.

Desde allí se desplazarán a Chieri, en cuyo seminario se formó como sacerdote el fundador de la Congregación Salesiana, y a otros pueblos y ciudades significativas en su vida. También pasarán por Mornese, tierra de origen de María Mazzarello, cofundadora con Don Bosco del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora (Salesianas). Turín-Valdocco será el último destino de la peregrinación juvenil, para visitar el primer oratorio salesiano y la Basílica de María Auxiliadora, así como en la propia ciudad, algunos de los lugares donde Don Bosco desarrolló su misión entre los jóvenes.

Además de los lugares y de los santos salesianos, los participantes se encontrarán y escucharán las palabras del Rector Mayor, Ángel Fernández Artime; de la Superiora General de las Salesianas, Chiara Cazzuola; del Consejero para la Pastoral Juvenil de los Salesianos, Miguel Ángel García Morcuende; de la Consejera para la Pastoral Juvenil de las Salesianas, Runita Galve; del Consejero Regional para Europa Mediterránea, Juan Carlos Pérez Godoy; de los Provinciales de España, Fernando García (SSM) y Fernando Miranda (SMX); de la Provincial de las Salesianas en España, Charo Ten, y el Director del Centro Nacional Salesiano de Pastoral Juvenil (CNSPJ) de España, José Miguel Núñez.

Jóvenes salesianos

El regalo del encuentro

“El Campobosco siempre es un regalo de encuentro”, dicen desde la organización. “Visitar los lugares de nuestros orígenes remueve nuestro corazón y nos retrotrae a nuestras raíces, que nos recuerdan quiénes somos y quienes estamos llamados a ser en la Iglesia y en el mundo”.

Desde los equipos de pastoral esperan que “este encuentro sea para sus participantes, y para todas las personas que les acompañamos, una experiencia de encuentro con Jesús Resucitado que nos impulse a implicarnos más en la apasionante misión salesiana”.

Así, ir a los orígenes de las vidas de Don Bosco y María Mazzarello “nos tiene que ayudar a ver que todo es obra de Dios, que ellos sintieron la llamada a dar su vida por los jóvenes, y que ahora esta llamada se dirige a nosotros. El Campobosco siempre ha sido un momento de revitalización pastoral para las Inspectorías y cada una de las Casas que participan. El deseo es que esta vez vuelva a serlo”.

Por ello, se trata “de una experiencia única dentro de los procesos de crecimiento y maduración en la fe de nuestros jóvenes”. No es un evento aislado, “sino de un momento cualificado de encuentro con uno mismo, con los demás y con Dios, con el estilo salesiano, en el camino de discernimiento cristiano que todos hemos de realizar”. 

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