Con motivo del Día Internacional de lucha contra la Trata de Personas que se conmemora el 30 de julio, la Conferencia Episcopal Argentina expresó su inquietud sobre la realidad de “este crimen que viola la dignidad y los derechos humanos”.
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Inmediatamente después, señalaron su dolor y preocupación por la desaparición del menor Loan Peña, desaparecido el pasado 13 de junio, y sin avances en los ámbitos judiciales y policiales. Además, sumaron a todos los chicos y jóvenes que se encuentran inmersos en situaciones de empobrecimiento y vulneración de los derechos. “Cuando son niños y niñas quienes desaparecen ante nuestros ojos a causa de este flagelo la herida nos duele hasta el infinito”, indicaron los miembros de la Comisión Ejecutiva.
Tarea de la Iglesia
Los obispos destacaron que hace algunos años, antes de la sanción de la normativa vigente, la Iglesia abordó el combate de la Trata y Explotación de Personas, iluminados por el papa Francisco en el grito de ‘No a la Trata’, quien animó a “abrir los ojos y los oídos, para ver a los que permanecen invisibles y escuchar a los que no tienen voz; para reconocer la dignidad de cada uno y para actuar contra la trata y contra toda forma de explotación”.
Junto con el Equipo No a la Trata del episcopado reafirmaron la necesidad de un Estado activo para combatir este delito con planificación, ejecución, seguimiento y control de las políticas públicas de prevención. “Es imprescindible contar en todo el territorio nacional con personas que tengan formación y experiencia”, afirmaron.
Estimaron que es prioritario contar con presupuesto para la prevención, la persecución penal y la asistencia a las víctimas. Y sostuvieron que se trata de un tema transversal a todo el arco político e institucional que requiere el compromiso y consensos para ubicarlo en el centro de la agenda política y del debate legislativo, y encararlo entre todos los poderes del Estado.
Consideran que tanto el desempleo como la informalidad laboral, constituyen un caldo de cultivo para la Trata y Explotación de Personas. El el trabajo digno es la herramienta más efectiva contra de este delito, y en particular, permite superar la prostitución, uno de los hechos más degradantes de la persona.
Se unieron, una vez más, al Pontífice que ha priorizado afrontar este flagelo tan doloroso: “una llamada a no quedarnos paralizados, a movilizar todos nuestros recursos en la lucha contra la Trata y por la restitución de la plena dignidad a quienes han sido sus víctimas. Si cerramos nuestros ojos y oídos, si permanecemos inertes, seremos cómplices”
Finalmente, invitaron a todas las comunidades a unirse en oración el 30 de julio, para fortalecer las distintas acciones que combatan este drama. Pidieron que la Virgen de Luján, Patrona de la Argentina cuide especialmente a las víctimas del delito de trata de personas y a todos los que con fervor y entrega trabajan para combatir este dolor que clama al mundo.