Josep-Lluís Serrano Pentinat: “Soy un misionero de Jesús”

obispo coadjutor de Urgell y futuro copríncipe de Andorra

Josep-Lluís Serrano Pentinat (Tivissa, Tarragona, 1977) es el nuevo obispo coadjutor de Urgell y futuro copríncipe de Andorra. El hasta ahora consejero de nunciatura en la Sección para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado acompañará a Joan Enric Vives en el pastoreo de la diócesis hasta que el Papa acepte la renuncia de este por edad, que ya ha presentado. Nombrado por Francisco el 12 de julio, el diplomático se convertirá el 21 de septiembre, fecha de su ordenación, en el obispo más joven de España.



PREGUNTA.- ¿Cómo acoge este encargo?

RESPUESTA.- Lo acojo con espíritu benedictino, o sea con obediencia y paz, en comunión con Francisco. Sabiendo escuchar para acoger la voluntad de Dios al servicio de la fraternidad y la comunidad a la que soy enviado. Lo vivo con apertura y disponibilidad, sintiendo que tendré que aprender mucho y que ahora se abre un camino de discipulado al lado de Vives.

Antiguo y nuevo obispo de Urgell y futuro copríncipe de Andorra

P.- ¿Dónde estaba cuando le llamó el nuncio?

R.- Estaba en Tivissa, mi pueblo, concretamente en la calle. Recordaré siempre la esquina y la fuente que hay. En ese instante uno se inunda de una sensación de sorpresa y de responsabilidad ante una llamada recibida de parte de la Iglesia.

P.- ¿Qué se lleva de su vida diplomática que ahora puede aplicar como pastor?

R.- El respeto por la diferentes tradiciones, culturas y pueblos. El saber buscar puntos de unión para convivir en paz como buenos vecinos, el procurar el bien de la comunidad internacional, así como la cooperación para resolver problemas, como afirma la Carta de la ONU. Y, sobre todo, me llevo el ser misionero de Jesús sirviendo en las diferentes iglesias locales y con su deseo de universalidad, catolicidad, de comunión con el Papa.

Obispo más joven

P.- ¿Da vértigo el encargo?

R.- El vértigo es un trastorno del equilibrio interno del organismo, por ejemplo, el vértigo a las alturas. Hay que aprender a vivir tomando el pulso de la realidad para saber de dónde venimos y a dónde vamos. Cuando miramos desde abajo la misión confiada la vivimos desde la normalidad y sin mareos. Estoy todavía en fase de tomar conciencia.

P.- Como diplomático ya tiene experiencia. ¿Será más fácil ser copríncipe que obispo?

R.- Intentaré conocer y amar a las personas, escuchar su cultura y su tradición y, por supuesto, caminando haremos camino. A la base de toda confianza hay un pastor que se fía de su rebaño. El servicio diplomático también es pastoral, ser portador de un mensaje en nombre del Pontífice a todos los pueblos.

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