Los obispos franceses denuncian el “escarnio y burla del cristianismo” en la inauguración de París 2024

En un comunicado, la Conferencia Episcopal del país organizador de los Juegos Olímpicos hace un llamamiento para visibilizar que el olimpismo “va mucho más allá de los prejuicios ideológicos de unos pocos artistas”

Parece que la tormentosa ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024 no está dejando indiferente a nadie. Tanto es así que la Conferencia Episcopal Francesa y su iniciativa ‘Holy Games’, que “moviliza desde hace casi tres años a un gran número de católicos para compartir el fervor deportivo y popular que rodea a los Juegos”, han tenido que salir al paso y mostrar su reacción.



Persecución de los cristianos

Para los obispos la ceremonia inaugural desarrollada principalmente en el entorno del río Sena y lo torre Eiffel, en términos generales, “ofreció al mundo entero momentos maravillosos de belleza y alegría, ricos en emoción y universalmente aclamados”. Ahora bien, lamentan, “desgraciadamente, la ceremonia incluyó escenas de escarnio y burla del cristianismo, que lamentamos profundamente”, algo que han denunciado diferentes confesiones religiosas. “Esta mañana pensamos en todos los cristianos de todos los continentes que se han sentido heridos por el ultraje y la provocación de ciertas escenas”. “Queremos que comprendan que la celebración olímpica va mucho más allá de los prejuicios ideológicos de unos pocos artistas”, reclaman.

Representación 'drag' Última Cena

Representación ‘drag’ Última Cena. Foto: The Olympic Games

Más allá de las representaciones, el episcopado recuerda el éxito de la “misa de apertura de la tregua olímpica” que contó hace una semana con numerosas personalidades religiosas, políticas y deportivas”. Para los obispos “los valores y principios expresados y difundidos por el deporte y el olimpismo contribuyen a la necesidad de unidad y fraternidad que tanto necesita nuestro mundo, respetando las convicciones de todos, en torno al deporte que nos une y promueve la paz entre las naciones y los corazones”. “El deporte es una maravillosa actividad humana que deleita profundamente los corazones de atletas y espectadores por igual. El olimpismo es un movimiento al servicio de esta realidad de unidad y fraternidad humanas”, reivindican a la vez que desean: “Abramos paso al campo de la competición, ¡que traiga verdad, consuelo y alegría a todos!”.

 

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