Las exclarisas de Belorado ni pagan ni recurren los 3.001 euros de multa por su criadero de perros

La Junta de Castilla y León iniciará el procedimiento de apremio tras corroborar que carecen de licencia de núcleo zoológico

Las clarisas de Belorado, en el obrador

Un total de 3.001 euros. Es la cantidad que la Junta de Castilla y León reclama a modo de multa a las clarisas excomulgadas del convento burgalés de Belorado por contar con un criadero de perros de raza que no contaría con los permisos correspondientes, incluida la licencia de núcleo zoológico.



Aunque los animales que las religiosas tiene en el recinto estarían  “en buenas condiciones fisiológicas y de bienestar”, según relatan los Servicios Veterinarios Oficiales de la Delegación Territorial de Burgos, lo cierto es que a fecha de hoy la sanción interpuesta por las autoridades regionales no se ha abonado. La resolución de sanción fue notificada el 5 de junio de 2024 y transcurrido el plazo “no consta el pago voluntario ni que se haya interpuesto recurso alguno por lo que la resolución adquiere firmeza”.

 Desmentido monacal

Por ello, la administración autonómica iniciará “en breve el procedimiento de apremio para reclamar la deuda”, o lo que es lo mismo, requerir el abono de la sanción por el procedimiento de apremio. Así lo han revelado fuentes de la Delegación Territorial a la redacción de ‘Diario de Burgos’.

En cualquier caso, la Junta recuerda que las monjas excomulgadas “no pueden ejercer la actividad de cría y comercialización de animales al carecer de licencia y registro para núcleo zoológico”. Por su parte, las ex religiosas han defendido públicamente que contaría con todos los permisos correspondientes para tener animales en el cenobio y han desmentido que llevaran a cabo una actividad lucrativa a costa de los perros.

Las clarisas de Belorado, en los juzgados de Burgos

Las clarisas de Belorado, en los juzgados de Burgos

Este expediente es fruto de la visita que realizó el Seprona de la Guardia Civil de Burgos en febrero de 2023, tres meses antes de que tuviera lugar la ruptura de las consagrada con la Iglesia católica. Los agentes de la Benemérita acudieron al monasterio ante las denuncias de un grupo de vecinos molestos con los ladridos de los canes, a la vez que les habían llegado ecos de una supuesta venta de cachorros a través de internet.

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