Muchos católicos en el mundo entero se preguntarán porque este título, pienso que, desde antes de su nombramiento, toda su vida, aun siendo jesuita y exponente de la espiritualidad como digno hijo del pensamiento de san Ignacio de Loyola, toda su orientación y toda su vida ha sido el corazón de un hombre que sabe escuchar las necesidades de las personas de una Iglesia necesitada de salir de su comodidad, hacía los más necesitados y su opción por los pobres, a ejemplo de san Francisco de Asís.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- El Podcast de Vida Nueva: el tráfico y la trata como riesgo de los vulnerables
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
¿Por qué el nombre del Papa?
Porque su inspiración es el santo de Asís, lo hizo pensando en los pobres y los que sufren las guerras. Francisco es el hombre de la paz. Y así, el nombre ha entrado en mi corazón: Francisco de Asís. Así lo dijo a los periodistas: “Francisco es el hombre de la paz. Y así, el nombre ha entrado en mi corazón: Francisco de Asís… es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la creación” (Valdés, Luis Fernando y Templos, Antonio Briseño, Francisco el Papa latinoamericano, su vida y mensaje, ed. Minos, 2016, Pág. 134).
Si analizáramos un poco más el Papa es un hombre soñador, no es una persona conformista, su discurso ha girado siempre en el humanismo cristiano, como el centro de su corazón, que trasmite en la misericordia hacia los más necesitados, como los pobres, los huérfanos, las viudas, las víctimas de la violencia en cualquiera de sus formas (verbal y/o no verbal), proclama las injusticias en el mundo entero e incluso hace diálogos con gobiernos y con grupos violentos para decirles la verdad. Así comenzó su pontificado, hablando de la paz y la justicia en el mundo, como el caso de Siria y Egipto.
Escucha la realidad
El papa Francisco es un líder, que primero escucha lo que necesita el hombre, para empezar a dialogar con nuestra realidad de conflictos, de los ciclos no resueltos, de las heridas sin sanar o personas que sufren y que necesitan sanar su corazón desde una pastoral de la misericordia. Dice así en su primera regla san Francisco de Asís: “Los hermanos muestren por las obras el amor que se tiene mutuamente, como dice el Apóstol: No amemos de palabra y de boca, sino de obras y de verdad. Y a nadie difamen. No murmuren, no denigren a otros. Y sean modestos, mostrando toda mansedumbre para con todo los hombres” (San Francisco).
El papa Francisco, explica la clave para encontrar la paz: “no es la cultura del enfrentamiento, la cultura del conflicto la que construye la convivencia de los pueblos y entre los pueblos, sino la cultura del encuentro, la cultura del diálogo: éste es el único camino hacia la paz” (Valdés, Luis Fernando y Templos, Antonio Briseño, Francisco el papa latinoamericano, su vida y mensaje, ed. Minos, 2016, Pág. 137).
Después del discurso del papa, 1.000 personas en una vigilia, donde ayunaron y rezaron por la paz. No solo es el diálogo con los actores de los conflictos o las mesas de negociación, sino con la paz como don de Dios. Así se construye la paz orando y construyendo la paz. Siendo instrumentos y facilitadores de la paz.
Claves para seguir soñando
Todo parte según el papa Francisco desde el discernimiento propio como proceso de conversión integra, desde el humanismo hacia el cristianismo, donde el punto central es Jesús, como maestro, líder y guía de la paz del mundo.
Transformación del método
“El método ver-juzgar-actuar que ha sido usado en la Iglesia latinoamericana para responder al cambio. Francisco lo reformuló en otros términos (contemplar-discernir-proponer) pero fue básicamente el mismo planteamiento” (Francisco, Soñemos juntos, el camino a un futuro mejor, ed. Plaza James, 2020, Pág. 146-147).
Existe una relación con los ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola en relación con tres niveles que corresponden a la división en la vida espiritual o las tres fases de la vida espiritual: purificación, iluminación y unión. Seguro que el papa muy conocedor de estos niveles y quiere ayudarnos a iluminar nuestra vida con la sagrada escritura, ya que para los jesuitas el centro de la vida espiritual es Jesús y toda la realidad es iluminada por su palabra que toca cada fase de una manera particular con cada una de ellas.
1. Contemplar la realidad
Se examina la realidad, por incómoda que sea, sobre todo la verdad del sufrimiento en las periferias de la sociedad.
Espiritualidad
En relación con la espiritualidad desde la misma fuente que retomamos desde san Ignacio, la primera vía es la de la purificación, en especial, aquellas personas que viven en pecado. Son las personas que no leen la sagrada escritura, pero que la realidad nos interpela y nos ayuda a profundizar en el misterio de Dios.
El modo de oración en la vía de la purificación es la meditación (consideratio). Nos deja regresar sobre el sentido y la meta cristiana, la formación de la conciencia y rechazo de los pecados, por eso la realidad nos confronta con nuestra vida espiritual.
Praxis – pastoral
Al contemplar estas realidades, vamos en función de ayudarnos unos a otros e iluminar esa conciencia que todos los seres humanos tenemos del bien y el mal.
2. Discernir
Se disciernen las diferentes fuerzas en juego, distinguiendo lo que construye de lo que destruye, lo que humaniza de lo que deshumaniza, y de este modo eligiendo lo que es de Dios y resistiendo lo contrario.
Espiritualidad
Se ha designado la vía de la iluminación como una propuesta en los ejercicios espirituales para avanzar en la contemplación bíblica de la vida de Jesús.
Praxis pastoral
Es un nivel de profundización en el caminar pastoral, se elige o se decide en el seguimiento de Jesús en la vida, la profesión, el estado de vida. Nada está terminado, todos los días nos vamos haciendo como personas en el campo de las decisiones.
3. Proponer
Se proponen una mirada nueva y pasos concretos que surjan del diagnóstico sobre el mal que nos aqueja, y cómo podemos actuar de otra manera.
Espiritualidad
En los ejercicios espirituales que son de cuatro semanas, serían las últimas dos semanas la meditación sobre la pasión y resurrección de Cristo, como clave para entender y poder responder como diría san Ignacio de Loyola a un “tiempo tranquilo”, cuando el alma ya no está agitada por diversos espíritus y usa de sus potencias naturales libre y tranquilamente.
En el momento del papa Francisco conocedor de los ejercicios espirituales, sería responder a la vía de la unión, sería la unión con Dios y la inmediatez en la relación con Dios. Dios regala esa gracia a quien él quiere. Implica un vaciamiento de sí mismo.
En fin, el Papa propone un proyecto de vida que implica la acción, no es solo contemplar la realidad, sino confrontarla con la misma vida (social, política, religiosa) y su contexto cultural (que no está determinado), porque es un líder espiritual que quiere la transformación del ser humano, sin olvidar la principal persona es Jesús que está en el fondo de una verdadera humanización. ¿cómo llegar a la paz tan deseada por él y por todos los seres humano? Generando un proceso de sanación del corazón de cada ser humano que ha encontrado la luz de Cristo en la Palabra de Dios.
Todos necesitamos cerrar ciclos abiertos, ayudar a sanar corazones heridos por la violencia, la desigualdad, la migración y toda forma de injusticia. El papa Francisco siempre tiene algo que decirle al hombre de hoy: ya que nos ayuda a tomar una verdadera conciencia de ser mejores personas y verdaderos gestores del cambio y así ser protagonistas de un mundo mejor.
Por Wilson Javier Sossa López. Sacerdote eudista del Minuto de Dios