Culminó la segunda asamblea de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama). Al cierre de este evento, dos prefectos de la curia romana expresaron su cercanía y apoyo a quienes hacen vida eclesial en los territorios.
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Se trata del cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el desarrollo humano integral, y Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la comunicación. Ambos coinciden que el Sínodo amazónico marcó un hito en la Iglesia universal.
El cardenal Czerny participó presencialmente en Manaos (Brasil), donde se realizó este encuentro amazónico. Allí acompañó a su colega Pedro Barreto, presidente de la Ceama.
Cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el desarrollo humano integral
Ha dejado dos lecciones. La primera, las matemáticas del evangelio, que “nos enseñan a multiplicar” como lo hizo Jesús.
“Pienso que hay una tentación constante de usar la matemática humana de la división, pensando que hay un único pastel”, porque “la matemática humana divide”, apuntó.
Mientras que la segunda enseñanza fue la gramática del evangelio, en la que invitó a toda la Ceama a entenderse como sujetos que superan “el nosotros” como un nominativo autorreferencial para usar “el ustedes”.
“Los sujetos de los verbos deben ser las Iglesias locales, los pueblos, la Amazonia, a la cabeza de las frases”, apostilló.
Comunicación más humana
El laico y periodista italiano Paolo Ruffini – mediante un videomensaje – agradeció a los integrantes de la Ceama su entrega generosa de anunciar el Reino entre los más pobres.
Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la comunicación
Reiteró el llamado que hiciera el papa Francisco de practicar la comunicación que escucha con los oídos del corazón para “redescubrir que ya somos una red, para testimoniar la importancia de estar unidos y la belleza de la comunión”.
En la comunicación más humana y más cercana se encuentra la clave para superar ese existencialismo instrumental en las nuevas formas tecnológicas de la inteligencia artificial y el cálculo de los algoritmos.
Por eso, “debemos volver a tejer una narrativa diferente, una que no se rinda ante el mal, una que se base en el bien”, puesto que “estamos llamados a contribuir a un sistema de comunicación basado en la humanidad”.
