La Real Asociación Hijos de la Inmaculada de Torrevieja ha solicitado al Vaticano una reliquia de san Juan Pablo II para ser venerada en el Museo-Camarín de La Purísima ubicado en la localidad alicantina. La Santa Sede ha accedido a la petición y autorizado y concedido una reliquia de segundo grado del papa polaco elevado a los altares.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- El Podcast de Vida Nueva: bulerías católicas; bulos y noticias falsas sobre la Iglesia
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Fomentar la devoción
La asociación ha informado que el Dicasterio para la Causa de los Santos ha evaluado el contenido de esta petición, que incluía el preceptivo nihil obstat concedido por el obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, en el que manifiesta ser “conocedor de la dignidad del Museo de La Purísima” para albergar esta reliquia del carismático papa Wojtyla, según ha recogido Europa Press. Además, al recibir esta reliquia la asociación, que tiene encomendada la promoción del culto a la patrona de Torrevieja, aspira a fomentar la devoción hacia la figura de Juan Pablo II.
Los receptores de la reliquia destacan que este Papa “dejó un prolífico Magisterio en torno a la figura de la Virgen, con especial referencia, en este caso, a las oraciones que durante todo su pontificado dedicó a la Inmaculada Concepción, coincidiendo principalmente con el homenaje que se le rinde anualmente cada 8 de diciembre en la Plaza de España de Roma”.
La reliquia, junto con el correspondiente certificado de autenticidad, se ha enviado desde la Oficina de Liturgia del Vicariato de Roma –responsable de las causas de canonización de la diócesis–, a través de la Nunciatura Apostólica en España, hasta el Obispado, donde ha sido recogida por la asociación para su traslado hasta Torrevieja. Tanto el párroco, José Antonio Gea, como el presidente de Hijos de la Inmaculada, Antonio Aniorte, han mostrado su “enorme alegría” por la consecución de esta reliquia y lo que supone para la parroquia por ello se prepara una celebración para acogerla solemnemente.
