Obispos colombianos quieren saldar deuda (de escucha) con la “pastoral indígena”

En una acción inédita quieren levantar barreras por prejuicios infundados para inculturar el Evangelio desde las prácticas ancestrales de los pueblos originarios

Obispos colombianos quieren saldar  deuda (de escucha) con la “pastoral indígena”

En un encuentro inédito los obispos de territorios indígenas analizaron la realidad de las 64 etnias de Colombia, donde la Iglesia tiene presencia de vieja data para dar “un paso adelante” en las necesidades de estas poblaciones, azotadas por la violencia y el olvido gubernamental.



14 prelados, liderados por Omar Sánchez – arzobispo de Popayán – , saldan la deuda [de escucha] con las poblaciones indígenas, por ello, han invitado a miembros de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), quienes compartieron detalles de la situación actual de sus comunidades.

“Teníamos una deuda como obispos de una conversación seria, profunda, ampliada sobre el tema de la pastoral indígena”, señaló Sánchez.

Además explicó que “cada uno de nosotros, en nuestros territorios, en los que los pueblos indígenas que estamos, salimos adelante con iniciativas muy particulares, con las tradiciones que tiene una Iglesia sobre esa pastoral específica”.

“Hacernos conscientes de la responsabilidad enorme que tenemos frente a nuestros pueblos indígenas, sus luchas, sus dolores, sus reivindicaciones, sus procesos y el papel que nosotros desde el Evangelio tenemos que poner en ese camino”, sostuvo.

Inculturar el Evangelio

Carlos Alberto Zuluaga Benjumea, director del área de Etnias del Centro Nacional Misionero de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), ha destacado la importancia de esta puerta que se abre entre indígenas y obispos.

Mencionó que todas estas etnias “que son 64 pensamientos diferentes y que son 64 maneras en su cosmovisión y en su cosmogonía de ver la vida” requieren de un proceso de escucha profundo y respetuoso para ir “a un encuentro de espiritualidades”.

Aquí – apuntó el sacerdote – la Iglesia particularmente “tiene una propuesta que es la que el Señor nos ha dado. Adentrarnos como en esta diferenciación, para que en ese encuentro se vaya inculturizando el Evangelio”.

La interculturalidad “es aprender, tener de alguna manera el reconocimiento de que ellos son diferentes, que piensan diferente, que tienen una espiritualidad y que esa espiritualidad no pelea con la nuestra”.

Solo se trata de superar los prejuicios, porque “el Evangelio llega a encarnarse, allí ya está lo que llaman las semillas del verbo”.

Compromisos adquiridos

Los obispos quieren trazar “una ruta común” que “contempla la realización de un próximo encuentro de escucha ampliado, esta vez, contando con la participación de delegados de pastoral indígena y sacerdotes indígenas”.

Sólo quieren lograr los consensos suficientes para adaptarse “a la realidad y facilitar líneas de trabajo de la pastoral indígena a nivel nacional” acompañado de un discernimiento que permita la implementación de un plan de trabajo.

Además han distinguido temas de la realidad eclesial como también de esas otras realidades sociales, ambientales y políticas de las comunidades indígenas, que para Sanchez son “minga fuera” y temas “minga dentro”.

“Minga dentro: lo nuestro es el nombre de Jesús como Salvador, dar la buena noticia de Jesús en nuestros pueblos indígenas”, mientras que “minga fuera, grandes temas como el ambiental, la protección de la casa común, el gran tema de la paz en la que ellos y nosotros estamos”.

Por más vocaciones indígenas

La pastoral vocacional estuvo en el radar. Para ello resulta imprescindible “lograr que la Iglesia se acerque más a su cultura. Esto implica superar retos como la dispersión territorial, la escasez de sacerdotes en algunas Iglesias particulares y la superación de barreras dialécticas”, mencionó el arzobispo de Popayán.

Asimismo han destacado que se debe promover desde la Iglesia “la educación en valores y elementos que les permitan a los miembros de estos pueblos originarios construir o fortalecer sus proyectos de vida”.

En este sentido, Arnulfo Moreno Quiñones, pro-vicario del Vicariato Apostólico de Guapi, al sur de Colombia, destacó que las comunidades religiosas y de la pastoral social apalancan el trabajo con las comunidades indígenas.

Sin embargo, ha bajado la cantidad de misioneros: “Ahora no tenemos ningún religioso ni ninguna religiosa, pero hemos estado allí”, por supuesto, “salió la cuestión de la escasez de vocaciones”.

De hecho, los indígenas se identifican “dicen o son católicos y ellos en su vivencia de la espiritualidad, se acercan a nosotros como Iglesia Católica a pedir, sobre todo, el sacramento del bautismo”, pero para “poder fortalecer la labor evangelizadora, se deben fortalecer aún más los lazos con las autoridades espirituales e institucionales de estas comunidades”.

Foto: Ministerio de cultura de Colombia

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