Wiston Mosquera: “Los prejuicios raciales en Colombia no han permitido que las comunidades avancen”

Obispo de Quibdó (Colombia)

Tras el nombramiento de Wiston Mosquera Moreno hay un antes y un después en la historia contemporánea de la Iglesia de Colombia. “Soy el primer obispo afrodescendiente y agradezco al papa Francisco este voto de confianza”, comparte con ‘Vida Nueva’. Su designación ha sido un revuelo en el país. La misma vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, expresó su beneplácito “por la decisión de la Santa Sede” tras la toma de posesión del prelado el pasado 14 de septiembre.



Durante la ceremonia, este ratificó ese deseo del pueblo chocoano –de donde es oriundo–: “Son demasiadas sensaciones, porque sé que es algo que la gente lo quería hacía tiempo, pero la Iglesia no había dado el paso”. La sorpresa sigue latente en él, de hecho, confiesa que “demoré tres días para responder si aceptaba”. Así pues, con 57 años ha tomado las riendas de Quibdó, capital del Chocó, jurisdicción sufragánea de Santa Fe de Antioquia, erigida en 1952 y elevada a diócesis en 1990.

Al momento de su nombramiento –5 de julio de 2024– era párroco en la catedral San Pedro Apóstol de Cali. Releva a Juan Carlos Barreto, que en 2022 fue trasladado a Soacha. El nuevo obispo cuenta con una licenciatura en Teología por la Pontificia Universidad Bolivariana y estudió Filosofía y Ciencias Religiosas en la Universidad Católica Lumen Gentium de Cali.

PREGUNTA.- Una decisión histórica: es el primer obispo negro de Colombia. ¿Da vértigo o lo vive con normalidad?

RESPUESTA.- Es una gran responsabilidad, porque se abre una puerta que se debe mantener abierta para otros afros, porque sí se puede siempre y cuando las cosas se hagan bien. Este gesto de la Iglesia dice mucho a la comunidad a la que han dado la espalda durante la existencia de la misma Iglesia en Colombia.

Ahora la Iglesia da este paso gigantesco, con este Papa latinoamericano que conoce la idiosincrasia de nuestro continente. Él, antes de ser Papa estuvo en Colombia y esto le permitió conocer y compartir con nosotros los negros y también con los indígenas. Esto se llama inclusión, que nunca debió ser olvidada en el país y que lastimosamente durante muchos años no solamente la Iglesia, sino también el mismo gobierno, incluso los gremios, tuvieron a las comunidades indígenas y afro casi en el olvido.

Estigmas sociales

P.- ¿Por qué considera que hasta ahora no se había dado este paso?

R.- Son varias razones y más que razones lo llamaría prejuicios. Cuando hay prejuicios naturalmente nada fluye. Y los prejuicios raciales que se han tenido en el país no han permitido que las comunidades avancen, terminan por hacerle daño a toda una comunidad.

P.- ¿Considera que con su designación se han superado esos prejuicios, al menos dentro de la Iglesia?

R.- Todavía no, aún hay demasiados prejuicios diría yo. El hecho de que el padre Wiston haya sido llamado al episcopado no significa que se rompió totalmente con los prejuicios, eso no es así. Vengo de trabajar en Cali, una ciudad con alta población afrodescendiente, allí existen aún estigmas que están por todo el país.

Obispo de Quibdó (Colombia)

P.- Una decisión valiente del Papa el designarle…

R.- Le agradezco infinitamente que haya querido fijarse en mi persona. Seguramente yo no soy un santo. El Papa se fijó en un hombre de carne y hueso que ha trabajado y sigue trabajando por sus comunidades y que, de alguna manera, tiene también al Chocó, a las comunidades afrodescendientes y las menos favorecidas en el corazón.

P.- Siendo un obispo afro y de Quibdó, ¿se le va a hacer más fácil su labor en este territorio?

R.- Eso espero, aunque inmediatamente las cosas no se van a dar porque llegue un sacerdote afro a regir los destinos de esta diócesis. Cuando estuve como sacerdote en la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en el corregimiento de Robles Valle de la arquidiócesis de Cali –una comunidad netamente afro–, fue para todos una nueva primavera, porque en 100 años que tenían, nunca habían tenido un sacerdote negro. Estuvo unos 20 años cerrada por varios factores o muchos factores, entre ellos, el orden público. El arzobispo en su momento quiso reabrirla pero las cosas no avanzaban y a Dios gracias la parroquia hoy funciona bastante bien.

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