En los últimos días, la ofensiva de Israel en Líbano se ha recrudecido, hasta el punto de que el ejército ha llamado a la población que vive cerca de la frontera a evacuar sus casas de forma “inminente” ante lo que se espera que sea un ataque a gran escala. Ya las primeras 300 bombas lanzadas en la mañana de este lunes 23 de septiembre, han dejado casi 200 muertos y 400 heridos.
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Una escalada que ya tuvo se desencadenó cuando, la semana pasada, del 17 al 18, en una operación tecnológica sin precedentes se hicieron estallar los dispositivos que buena parte de los militantes de Hezbolá utilizaban para comunicarse (buscas y walkie-talkies), ocasionando una treintena de muertos y más de 3.000 heridos.
El “dolor” de la Iglesia maronita
Frente a esta primera devastación ya levantó su voz el cardenal libanés Béchara Boutros Raï, patriarca de la Iglesia maronita, que, en una breve declaración recogida por ‘Fides’, expresó su “dolor” por el ataque del Gobierno de Netanyahu, que utilizó “instrumentos de comunicación para matar indiscriminadamente”.
Así, el purpurado condenó enérgicamente “toda forma de agresión contra el pueblo libanés y palestino, especialmente contra los desarmados”, clamando a Dios “que otorgue a nuestra región y al mundo una paz completa y justa”.
Clima de miedo
En la misma línea se muestra Charbel Abdallah, arzobispo maronita de Tiro, quien, en conversación con ‘Vatican News’, ha deplorado que “la población de la región vive en un clima de miedo”. Y es que “la gente vive en condiciones sociales y financieras muy precarias”, consciente de que el “peligro” se ha extendido a muchas más personas, más allá de la franja palestina de Gaza.
“Todo el mundo busca la paz. Nadie desea la guerra”, expresa el prelado. Y mucho más cuando los peores recuerdos para el pueblo libanés siguen latentes: “La gente aún no ha olvidado la guerra de 2006, que sigue en sus almas, fresca en sus cuerpos y mentes”.
Afectará a todo el país
Muy lejos de ese afán bélico por el que están tan enconadas las posturas entre Hezbolá y el Ejecutivo israelí, la población solo anhela tener una vida normal: “Queremos volver a nuestras casas, a nuestra tierra, a nuestro trabajo, a nuestra vida ordinaria”. Pero, “si la situación empeora, la guerra no solo afectaría al sur, sino que será todo Líbano el que se verá afectado por la guerra”.