En esta semana dirigentes de todo el mundo acuden a Nueva York para participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas. En esta 79ª sesión de la que se ha llamado Cumbre del Futuro ha participado e intervenido el cardenal Secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin, este 23 de septiembre. El purpurado, que permanecerá en los Estados Unidos hasta el 30 de septiembre, ha propuesto el diálogo, la erradicación de la pobreza y la regulación de la inteligencia artificial como pasos para construir el futuro; a la vez que ha mostrado sus “reservas” sobre la cuestión del aborto y el género que la ONU propone para el “Pacto por el Futuro”.
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Parolin, que celebrará esta semana una misa por el 60 aniversario de la Santa Sede en la ONU, constató la “erosión de la confianza entre las naciones” de esta época ante lo que confía que “esta cumbre debe ser fuente y motivo de esperanza”. Una esperanza que se debe construir sobre “la intrínseca dignidad divina de toda persona”, “la promoción del desarrollo humano integral”, “la igualdad y la dignidad soberana de todas las naciones y el establecimiento de la confianza entre ellas”. Y es que, insistió, “la eliminación de la pobreza” es prioritaria porque “el desarrollo es el nombre de la paz”. “Un futuro pacífico y próspero requiere la voluntad política de utilizar todos los medios posibles para lograr un desarrollo sostenible”, añadió reclamando la condonación de la deuda externa.
Algunas reservas
En su intervención, recogida por los medios vaticanos, también reclamó que la paz “requiere la realización del desarme general y, en particular, la eliminación total de las armas nucleares” superando las presiones de los lobbies económicos. Por otro lado, el cardenal destacó las “vastas expansiones de las actividades industriales y de los maravillosos descubrimientos de la ciencia” e invitó a que se establezca un “marco regulador para la ética de la Inteligencia Artificial” que alcance cuestiones como “la protección de datos, la responsabilidad, la parcialidad y el impacto de la IA en el empleo”.
Reiterando la llamada al diálogo del papa Francisco, Parolin concluyó su intervención señalando las “reservas” de la Iglesia sobre el Pacto de la ONU para el Futuro que emplea términos como “salud sexual y reproductiva” y “derechos reproductivos” y es que, aclaró, “la Santa Sede cree que estos términos se aplican a un concepto holístico de salud, que abarcan, cada uno a su manera, a la persona en la totalidad de su personalidad, mente y cuerpo, y que favorecen el logro de la madurez personal en la sexualidad y el amor mutuo y la toma de decisiones que caracterizan la relación conyugal entre un hombre y una mujer en conformidad con las normas morales”. Además, añadió, “la Santa Sede no considera el aborto o el acceso al aborto o a los abortivos como una dimensión de estos términos”. También precisó que en cuanto al “género”, el Vaticano entiende este término “como basado en la identidad sexual biológica masculina o femenina” y no con otra carga ideológica.
