Fernando Vidal
Director de la Cátedra Amoris Laetitia

Zona de alerta por xenofobia


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La culpabilización de la inmigración como chivo expiatorio de los problemas ha alcanzado una nueva fase y las encuestas lo indican como mayor preocupación de la ciudadanía. Ese señalamiento se debe exclusivamente a la manipulación pública con falsedades que apelan a lo peor del ser humano. Los partidos que lo hacen buscan cínicamente el rédito político o son supremacistas racistas.



Esa estigmatización ha alcanzado un momento histórico cuando, en el debate electoral con Kamala Harris, Donald Trump mintió afirmando que los haitianos de la ciudad de Springfield (Ohio) comen perros y gatos de sus vecinos. La reacción no se ha hecho esperar y ha llegado una oleada de amenazas de bombas y expediciones de grupos de odio contra la comunidad haitiana, traída a la ciudad para recuperar la industria local.

Candidata Demócrata a la presidencia de Estados Unidos

El alcalde de la ciudad, su comisario jefe y el gobernador republicano de Ohio han negado que haya habido ni un solo incidente como él se acusa. El pasado 22 de septiembre se reunieron en una vigilia 60 líderes religiosos de Springfield para rechazar la mentira y 230 líderes de todo el país han publicado una carta abierta dirigida a Trump y Vance, en la que se lee:Rechazar al extranjero es rechazar a Dios. Dar falso testimonio contra el extranjero inmigrante es dar falso testimonio de una manera que pone en peligro a vecinos vulnerables… Sus palabras y acciones han causado un desastre en esta comunidad”.

Pasarse de la línea roja

En la vigilia, los 60 pastores y clérigos se unieron en una sola voz: “Abandonen sus mentiras, quiten su pie, su opresión, su distorsión de la espalda de nuestros hermanos y hermanas inmigrantes. Esto ha durado demasiado tiempo y no permaneceremos en silencio por más tiempo”. En todas nuestras sociedades se han pasado ya las líneas rojas. Estamos en zona de alerta.

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