La primera presidenta de México toma protesta… y la Iglesia le pide trabajar por la construcción de paz

Al dirigirse a la jefa del Ejecutivo, Claudia Sheinbaum, la Conferencia del Episcopado Mexicano pidió reunirse en las próximas semanas para afinar una ruta de trabajo colaborativo

Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo

Este 1 de octubre, la doctora Claudia Sheinbaum tomó protesta como la primera mujer presidenta de México; horas después, la Iglesia católica le dirigió un mensaje en el que le reiteró la importancia de construir la paz y le pidió avanzar en la reconstrucción del tejido social, la seguridad y la justicia.



El mensaje de la Iglesia le fue enviado a través de su iniciativa Diálogo Nacional por la Paz, en la cual están comprometidos la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México (CIRM) y la Compañía de Jesús en México.

En ese sentido, la Iglesia reconoció que se trata de un día histórico, pues por primera vez tomó posesión una mujer como Presidenta de la República. “En su primer día de gobierno queremos expresar nuestra voluntad de seguir dialogando para construir la paz que México necesita“.

Firma del compromiso por la paz con la doctora Sheinbaum

Firma del compromiso por la paz con la doctora Claudia Sheinbaum. (Marzo de 2024)

“Imaginar un futuro posible y deseable”

La Iglesia le manifestó que los grandes desafíos en México hacen priorizar las coincidencias para avanzar en la reconstrucción del tejido social, la seguridad y la justicia: “La emergencia humanitaria que viven muchos municipios del país a causa de la violencia crónica, el desplazamiento forzado o los fenómenos naturales, solo podrán ser superados con la participación de los distintos sectores sociales”.

Reconoció que la responsabilidad es inmensa, pero también una gran oportunidad. “Tendrá sin duda sobre usted las miradas de cientos de miles de niñas y mujeres que buscan ser representadas desde la equidad de género; las expectativas de las víctimas que exigen verdad y justicia; las necesidades de migrantes y de pueblos desplazados que luchan por vivir en paz en sus territorios; la esperanza de adolescentes y jóvenes que claman imaginar un futuro posible y deseable”.

Para que México sea un lugar de paz

La Iglesia católica hizo énfasis en la exigencia de las minorías sociales, políticas y culturales que buscan ser escuchadas como interlocutoras válidas; “las voces de periodistas, defensoras de derechos humanos, representantes de la sociedad civil organizada, empresas y universidades que cuentan con usted para colaborar y construir un país más seguro, más justo, más confiable para quienes estamos y para quienes vienen detrás”.

Obispos, religiosos, religiosas y laicos expresaron a la Presidenta su deseo de que dentro de seis años “podamos ver hacia atrás un camino de esfuerzos, logros, verdad y transparencia y que sea la historia la que se encargue de reconocerlo. Confiamos en que vienen tiempos mejores para nuestro país y que la escucha será la base del entendimiento”.

Finalmente, le reiteraron su vocación al diálogo y a la construcción de puentes para trabajar por la paz y la justicia, “y nuestra disposición de reunirnos en las próximas semanas para definir rutas de colaboración para la implementación de los compromisos por la paz que firmamos el pasado marzo en Tlatelolco”.

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