La parroquia de San Josemaría María Escrivá de Alcorcón acogía, este fin de semana, el bautismo de 17 niños rescatados del aborto por la Asociación Más Futuro y los Rescatadores Juan Pablo II a las puertas de varios centros abortistas. Tal como informa la diócesis, la celebración fue presidida por el obispo de la diócesis de Getafe, Ginés García Beltrán, quien ha elogiado la valentía de las madres y de los padres que han apostado por la vida y han querido tener a sus hijos.
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Durante la celebración, el obispo subrayó que “hoy estamos celebrando la fiesta de la vida”. “¡Felicidades por ser valientes, por haber dicho sí a la vida!”, exclamó al inicio de su alocución. Así, después de felicitar a los que “hacéis posible este milagro de la vida”, entre ellos algunos Rescatadores Juan Pablo II que se encontraban presentes, ha manifestado que “no hay nada más triste que el patio de un colegio sin niños”. “Hacen barullo, pero es signo de vida. Hay más mascotas que niños y esto es una pobreza, es un suicidio colectivo”.
“Influidos en una cultura de muerte que vivimos actualmente, parece que lo más fácil es prescindir de la vida: quizá hoy sea lo más fácil, pero es lo menos justo y menos bueno”, continuó García Beltrán. Por otro lado, expresó que “nuestras decisiones siempre tienen consecuencias, y hoy la cultura y la sociedad no dice las consecuencias que para una mujer tiene el aborto. Hoy no nos dicen la herida moral psicológica que muchas veces tiene el aborto en una mujer”.
Mujer embarazada
Dirigiéndose a las familias y padrinos, el obispo indicó que “nosotros no somos un número, no somos algo, nosotros no somos un desecho, sino que somos alguien”. “Dios ha pensado y ha querido a vuestros niños desde antes de la creación del mundo”, señaló.
“No son un desecho”
“Estos niños no están aquí por casualidad, ninguno. No sé las circunstancias por las que os quedasteis embarazadas, lo que sí sé es que Dios ya quería desde siempre a vuestros niños, los tenía pensados, por lo tanto, no son uno más, no son un número estadístico sino alguien importante”, aseveró el obispo. Por ello, “no son un desecho que puedo hacer con ellos lo que quiero”. “El hombre, la mujer, tienen dignidad”, añadió.
“Para mí es una alegría, un gozo, poder bautizar a estos 17 niños, que podían no haber sido y sin embargo son y ¿qué sabemos lo que serán en el futuro?, ¿qué sabemos lo que podrán dar a la sociedad?, ¿qué sabemos la cantidad de bien que podrán hacer? Por eso le damos gracias al Señor por estos nuevos cristianos”. “Cada vez que tengáis alguna dificultad, algún desánimo, pensad en Ella, pensad en la Virgen con su Hijo en brazos, como vosotras, para encontrar en ella la fortaleza, el consuelo, la luz que necesitáis”, concluyó el prelado.
