José Luis Pinilla
Migraciones. Fundación San Juan del Castillo. Grupos Loyola

De cardenales y obispos


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Estamos en vísperas de una nueva imposición de mitras, que son algo más que unas imágenes visuales de la liturgia de la consagración episcopal. Hablemos algo de las personas que las van a recibir, algunas muy cercanas a nosotros.



Es llamativo que de los 21 cardenales últimos recién nombrados por el papa Francisco, la mitad son religiosos, y varios de ellos relacionados con el mundo de las migraciones. Conocí en su momento al escalabriniano Fabbio Baggio, subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, buen conocedor de la situación migratoria en el mundo y en España, y que es uno de los brazos del Papa para este tema.

También quiero destacar entre ellos al sencillo religioso Jean-Paul Vesco, OP, con quien coincidí hace años en un encuentro de obispos y directores de las dos orillas del Mediterráneo. Enviado a Argelia en 2002 para refundar la presencia dominica tras el asesinato del obispo de Orán, fue nombrado arzobispo de Argel, donde organizó la beatificación de los 19 mártires de la Iglesia de Argelia, entre ellos los siete monjes de Tibhirine. Trabaja entre musulmanes y en una Curia diocesana formada por seis personas, de las cuales cuatro son mujeres.

En España llevamos una buena época de apreciados sacerdotes que están muy en sintonía con la línea y el impulso renovador que el papa Francisco quiere para la Iglesia española y también entre ellos hay varios religiosos: José Rodríguez Carballo, Luis Ángel de la Heras, Fernando Prado, Florencio Roselló y Octavi Vilà.

Xabier Gómez, obispo electo de Sant Feliu

El último caso ha sido el de el buen dominico Xabier Gómez, OP, que ha sido nombrado obispo de Sant Feliu de Llobregat, en el área metropolitana de Barcelona, como bien se refleja en Vida Nueva Digital.

En su nueva diócesis residen una buena parte de los inmigrantes que viven en Cataluña. No lo tendrá fácil. Aunque su experiencia en este campo es muy grande, ya que estos tres últimos años ha trabajado como director del Departamento de Migraciones en la Subcomisión Episcopal de Movilidad Humana, en donde el cardenal José Cobo ha sido un gran y eficaz promotor como presidente.

Xabier Gómez recordaba al presentar la última Jornada del Migrante que “para nosotros todas las personas representan al mismo Jesucristo, migrante en camino. Si Dios está con los migrantes, no podemos pensar que está con quienes los rechazan”. Desde su puesto ha impulsado esta misión desde muchos ángulos: en lo rural, en el diálogo fe-cultura, en Justicia y Paz, CONFER, etc. Lo que no le impedía, a través de numerosas presencias públicas y moviéndose en muchos ámbitos,  favorecer, por ejemplo, muchos elementos pedagógicos en torno a las migraciones desde la mirada de la Iglesia.

director del Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española

También trabajaba en el Observatorio de Derechos Humanos Samba Martine, aquella mujer emigrada que murió cuando estaba retenida en el CIE de Aluche, en Madrid, y que con la polémica de su caso contribuyó muy mucho a la denuncia y a la oposición contra la situación en los CIE (¡CIE no!). Además de a la imprescindible creación de alternativas tras la mala praxis y atención “deficiente” asumidas por el Gobierno en la atención de esa mujer por parte de la empresa adjudicataria de los servicios médicos del CIE madrileño y con descoordinación entre los ministerios de Interior y Trabajo antes de ser trasladada al hospital el día antes de su fallecimiento en 2011.

Xabier Gómez combinaba esta múltiple tarea con su experiencia pastoral parroquial, antes como sacerdote diocesano en S. Sebastián y, tras su entrada en la Orden dominicana, como impulsador de la pastoral juvenil, y pastoralista en la parroquia y el convento dominico de Atocha, encargos que les vendrán ahora muy bien en este nuevo y difícil pastoreo.

Francisco y las sorpresas

Y es que -volvamos a la línea marcada por el Papa- Francisco, desde el comienzo de su pontificado, nos ha sorprendido con nombramientos y también con gestos simbólicos, muchos de ellos relacionados con los vulnerables, con los migrantes, abrazando a enfermos, ir a Lampedusa y Lesbos, viajar en un coche utilitario, vivir fuera de los palacios vaticanos, etc. Y que también suele emplear expresiones muy gráficas: hospital de campaña, puertas abiertas, hacer lío, Casa común, economía que mata, las tres ‘T’ necesarias para vivir: techo, trabajo, tierra, etc.

Entre las imágenes populares, Francisco añadió –junto a la imagen del poliedro, muy buena para explicar la sinodalidad- otra muy sugerente y muy apropiada para esto de lo que estamos hablando: la imagen de la pirámide invertida, un polígono cuyas caras son triángulos. Y estos se juntan en el vértice de la cúspide. Esta imagen le sirve a Francisco (párroco global desde Santa Marta) para afirmar que la Iglesia ha de ser una pirámide invertida. El Pueblo de Dios en la cúspide y los obispos y el Papa abajo. Recordando el “abajo” de Jesús que vino a servir y a no ser servido y arrodillado ante los suyos en el gesto “eucarístico” del lavatorio de los pies.

Dios quiera que esta nueva “hornada” de cardenales y obispos –de aquí y allá- tengan en cuenta la critica a un cierto centralismo patriarcal y jerárquico, o a un cierto y recalcitrante clericalismo (en nosotros los clérigos, pero también en los laicos), y una invitación a escucharse y dialogar, en un camino común, entre todos los miembros del Pueblo de Dios. Aunque ahora, cuando nuestro presidente tiene su encuentro con el papa Francisco, sería también muy importante aplicárselo a nuestros queridos políticos.

Ayudemos. Oremos por todos ellos. Políticos, curas, cardenales, obispos, etc. Lo tienen difícil, pero hay que hacerlo.