Cristina Guzmán: “La reparación a las víctimas no es un lavado de cara”

Doctora en Derecho y asesora del Plan de Reparación Integral para Víctimas de Abusos en el seno

La comisión asesora del Plan de Reparación Integral para Víctimas de Abusos en el seno de la Iglesia, conocido como PRIVA, ya trabaja a pleno rendimiento. Entre los once especialistas que lo componen, desde juristas hasta psiquiatras, hay cinco mujeres. A propuesta de la Conferencia Episcopal Española participa Cristina Guzmán Pérez, doctora en Derecho civil y profesora jubilada de la Universidad Pontificia Comillas.



PREGUNTA.- Cuando recibió la llamada para formar parte de esta comisión, ¿en algún momento pensó en decir que no? ¿puso alguna condición?

RESPUESTA.- Lo único que dije es ‘déjame pensármelo de hoy para mañana’. Pero, tenía claro que a la persona que me lo pidió, no podía decirle que no. Y, sobre todo, siendo para la Iglesia. Le debo mucho a la Iglesia, ha estado muy presente en mi vida. Aunque el tema es doloroso y siempre había intentado eludirlo, aun cuando algún compañero de la universidad me había propuesto alguna colaboración, esta vez he aceptado. Recuerdo perfectamente el caso de un joven, acusado de pederastia, que llegó a un despacho con el que trabajaba. No pude ni siquiera ver las fotos y dije que no era capaz de llevarlo, aunque en ese momento afrontaba bastantes casos penales. Ahora considero que, en este momento de mi vida, si la Iglesia me lo pide es por algo y siento que debo responder con toda la responsabilidad y todo el entusiasmo que puedo.

P.- A pesar de la pluralidad de los miembros de la comisión, habrá quien piense que una comisión designada a dedo por la Iglesia siempre barrerá para casa. ¿Cómo desmontaría este argumento?

R.- Las personas han sido elegidas por su altura y capacitación profesional, por su rigor, no por pertenecer a ningún organismo administrativo de la Iglesia. En función de estos criterios, confío en que vayamos a responder. Como abogada, siempre he tenido dos principios muy firmemente arraigados: la independencia y la imparcialidad. Creo que todos responderemos en el mismo sentido.

Paliar el dolor

P.- ¿Está preparada para que algún obispo le dé un tirón de orejas porque no acoja sus recomendaciones?

R.- Espero que no, entre otras cosas porque tenemos el respaldo de la Conferencia Episcopal. En algún momento, el presidente, Luis Argüello, nos dijo que si había alguna dificultad con algún obispo, cuando formulemos la propuesta después del análisis del asunto en particular, que nos pusiéramos en contacto con él.

P.- El propio Gobierno ha cuestionado la independencia de esta comisión y pretende crear otra paralela. ¿A qué ventanilla debería acudir una víctima? ¿Qué sucederá si las dos comisiones determinan diferentes medidas para un mismo caso?

R.- Desconozco si finalmente se va a crear esa comisión. Nosotros lo que ofrecemos a las víctimas es un servicio para intentar responder a ese dolor tan inmenso que han sufrido después de haber padecido los abusos en los casos en que en principio no hay posibilidad de reclamar por la vía procesal ni al Estado ni a la Iglesia. Es una vía que la Iglesia ofrece de forma desinteresada y precisamente para intentar paliar ese dolor de las víctimas.

P.- En la comisión hay una víctima y la voz de dos asociaciones que acompañan procesos de reparación. ¿Otorga legitimidad al equipo su presencia?

R.- Indudablemente ayudará, porque son las personas que han vivido más de cerca ese acompañamiento a las víctimas y, a la hora de valorar, evaluar y baremar, tendrán mucho que decir.

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