La investigación
Con motivo del 12 de octubre de 2024, se ha programado la emisión de un documental que recoge la investigación dirigida sobre el forense y catedrático de la Universidad de Granada José Antonio Lorente que ha analizado, principalmente, los restos de Cristóbal Colón. Una investigación, relatan desde Televisión Española, que recoge 22 años de investigación y que nos deja titulares como que “Cristóbal Colón era judío” algo que implica, para los autores de esta investigación –entre forense e historiográfica–, que no era genovés.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
El documental, que toma prestada la narrativa del ‘true crime’, parte de la búsqueda de la tumba perdida. Dejando de lado el enterramiento en República Dominicana –lugar fijado por Colón en su testamento y desde 1992 convertido en imponente mausoleo, dejando de lado lo de Cuba–, se estudian fundamentalmente los restos que llegaron a la Catedral de Sevilla y su ADN se ha comparado con los de su hijo Hernando Colón que está en la seo hispalense. En ese estudio de ambos se concluye que “tanto en el cromosoma ‘Y’, como en el mitocondrial de Hernando, hay rasgos compatibles con origen judío”.
En este sentido se acude al estudio de los huesos dirigida por Fracesc Albardaner, expresidente del Centre d’Estudis Colombins de Barcelona, que confirma –de forma impactante por su situación vital– la tesis judía y ubica al almirante en el “Mediterráneo occidental”, por lo tanto, ven una alta posibilidad de vinculación con las comunidades sefarditas. Albardaner rechaza que Colón fuera italiano porque “todos los historiadores importantísimos de Italia, todos, han escrito negro sobre blanco que es imposible que este, nuestro Colombo, fuese judío. O sea, hay una incompatibilidad total. Toda la teoría de Colón genovés entra en crisis si se acepta que Colón es judío”, sentencia explicando que la expulsión de los judíos de Génova se produjo en el siglo XII.
La documentación sobre el genovés Colombo la justifican los autores desde esta investigación como un empeño de la familia de esconder su origen judío y por eso siempre ha habido cierta oscuridad sobre el origen del linaje con datos como el que se recoge en el documental que el considerado hermano Diego no lo era –como mucho primo segundo–. El ambiente de rechazo a los judíos generado por los Reyes Católicos y la inquisición o la tolerancia que había en Lisboa, donde también vivió Colón, parecen respaldarlo.
¿Y esto lo dice el ADN? Y es que la atribución de origen al marinero no fue solo la genovesa, también hay quien dice que era de Pontevedra, de una familia de tejedores de seda de Valencia, de Portugal, Mallorca o de procedencia vasco-navarra. Para estos investigadores su estudio e hipótesis le llevan a “el arco mediterráneo español o en las Islas Baleares, que en aquella época pertenecían a la Corona de Aragón”.
La reacción
La novedad de esta investigación frente a las muchísimas que se han hecho en el pasado, todas de corte histórico –podríamos decir sin quitarles el más mínimo de valor ya que la documentación es amplísima–, está en el ADN. Este análisis deja una serie de datos que hay que interpretar con razonamientos puramente históricos. Por ello, desde esa orilla, las reacciones no se han hecho esperar.
Y es que parece que el origen judío, más o menos cercano o remoto, no parece ser concluyente para decir tajantemente que Colón no era genovés –o al menos para rechazar las fuentes históricas que así lo recogen–. La cuestión del judaísmo no es una hipótesis nueva en el estudio de esta figura importantísima para la historia. Sin confirmación genética, muchos historiadores habían aventurado la hipótesis precisamente al evidenciar los vacíos documentales sobre los datos familiares del navegante. Como queda evidenciado en la nueva investigación, los argumentos sobre la situación de los judíos en tiempo de los Reyes Católicos hacen que esta hipótesis sea muy factible. El ADN podría ser una buena confirmación de esto que ya estaba formulado.
De los críticos se hacía eco el diario ‘El País’ este domingo con un titular que es una declaración de intenciones: “El ‘show’ del ADN de Cristóbal Colón: pudo ser un judío de Valencia, o no”. Empezando porque los expertos prefieren ver las pruebas del forense Lorente –que no se han publicado como estudio–, y prosiguiendo por el meollo de la novedad, la genética, el exdirector del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, Antonio Alonso, denucnia en el diario que “el documental ‘Colón ADN’ no muestra en ningún momento el ADN de Colón y los científicos no sabemos qué análisis se han hecho”.
Y es que los científicos recuerdan un dato conocido de sobra, que en la catedral de Sevilla solo hay 150 gramos de fragmentos de huesos de Colón cuando se abrió la tumba en 2003 y que otros genetistas comprobaron que el ADN estaba muy deteriorado para hacer un estudio relativamente completo. Para Alonso, “no se entiende que se presenten ante la sociedad datos que la comunidad científica no ha avalado todavía, lo que pone en riesgo los propios datos y las hipótesis planteadas”. Y por lo tanto extraña más la conclusión respecto a la relación con Génova.
Sin embargo, lo cierto es que son muy numerosos y cercanos el tiempo los testimonios que “son unánimes a la hora de fijar en Génova el solar de los Colombo”, como defendió Pérez de Tudela y Bueso, catedrático de Historia Moderna en la Universidad Complutense de Madrid, citado por el periódico. “Además, investigadores genoveses han probado fehacientemente que el almirante fue hijo de Doménico Colombo y de Susana Fontanarosso (Fontanarrubea), pertenecientes ambos a familias ligures dedicadas a la fabricación textil”, añade. Otres expertos en ‘El diario’ matizan la expulsión de judíos de la ciudad de Génova y afrontan la cuestión del idioma de Colón en sus cartas.
Desde este panorama la pregunta por el compromiso cristiano en la evangelización del nuevo continente por parte de Colón, ¿tiene más valor o es solo mera hipocresía? Se abre sin duda una deriva interesante, más allá de la polémica.