Ya hay fecha para que el primer informe sobre políticas y procedimientos antiabusos llevados a cabo por el Vaticano vea la luz. Será el próximo martes, 29 de octubre, cuando el cardenal Seán Patrick O’Malley, presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores comparecerá ante la prensa junto a la jurista Maud de Boer-Buquicchio, encargada del informe.
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Tal como detalla Vatican News, este informe se debatió durante la asamblea plenaria de otoño celebrada en Roma del 7 al 11 de octubre, cuyas sesiones de trabajo se dedicaron también a reforzar la capacidad local de salvaguardia a través de la Iniciativa Memorare y a examinar y revisar las políticas en el marco de las Directrices Universales.
En un comunicado, la Pontificia Comisión para la Protección de Menores explicaba que el objetivo de este informe, solicitado por el Papa Francisco en 2022, no es otra sino proporcionar una evaluación de la naturaleza y la eficacia de las políticas y procedimientos de salvaguardia en la Iglesia y ofrecer recomendaciones para la mejora continua.
Ante esto, la plenaria también revisó el Instrumentum Laboris, es decir, el borrador para el próximo informe que cubrirá el año calendario 2024/2025, que se espera sirva como mecanismo para un cambio sostenible y verificable en el enfoque de la Iglesia Católica sobre el ministerio de la tutela.
Un signo de esperanza
Durante la misa de apertura de la plenaria, celebrada el pasado 7 de octubre, el cardenal O’Malley subrayó en su homilía que los que “sufren tienen un derecho especial a nuestro amor” y que “la Comisión tiene la oportunidad y la obligación de hacer de la Iglesia una Iglesia más samaritana”.
“Nos hemos asegurado de que la protección esté siempre presente en la vida de la Iglesia”, subrayó el cardenal a la asamblea. “Aunque todavía no se han alcanzado todos nuestros objetivos, seguiremos insistiendo en la reforma allí donde identifiquemos fallos sistémicos. Nuestros esfuerzos han marcado una diferencia significativa”, continuó el purpurado, “y quizá lo más importante es que son un signo de esperanza y solidaridad para quienes han sufrido abusos y para sus seres queridos”.