Francisco de Roux, sacerdote jesuita y expresidente de la Comisión de la Verdad de Colombia, se encuentra en el ojo del huracán tras ser acusado de encubrir abusos sexuales.
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Lo cierto es que se le acusa por su “silencio” en el caso del fallecido Darío Chavarriaga, quien en la década del 70 abusó sexualmente de un joven (Fernando Llano Narváez) y sus siete hermanas en el colegio San Bartolomé de Bogotá.
La denuncia fue presentada por las víctimas en 2014 – casi 50 años después – cuando de Roux era provincial de los jesuitas. De hecho, la Compañía hizo una investigación, destituyó al cura que llegó a ser decano de la facultad de Odontología de la Javeriana, pero no se legalizó penalmente ante la Fiscalía.
He allí el soslayo del jesuita por lo que en rueda de prensa explicó que cuando consultó [en 2014] a los abogados qué hacer con el caso, estos le respondieron que, por tiempo, “ya había prescrito”, por eso, no presentó la denuncia a la Fiscalía. Esto le ha costado este escándalo 10 años después.
No obstante, aclaró que en 2014 el papa Francisco aún no había eliminado la confidencialidad del Derecho Canónico o secreto pontificio, que “protegía el sistema del silencio” y no llevaba muchos de los casos a la justicia civil.
Además de Roux quedaron denunciados los sacerdotes Luis Javier Sarralde y Hans Zollner, por encubrimiento.
Perdón a las víctimas
De Roux a todas estas atendió el llamado de la Fiscalía y ha pedido perdón a las víctimas: “Si me preguntan hoy, en 2024, qué haría yo hoy, repetiría el proceso canónico, porque es muy riguroso, pero una vez establecido el final, el culpable y las pruebas acumuladas, hoy presentaría el caso ante la Fiscalía para poner las cosas en manos de la justicia civil”.
El jesuita colombiano indicó que de haberse aplicado el protocolo canónico como hoy en día se habría evitado “horror de la violación de centenares de niños por parte de sacerdotes”.
Por eso, ha pedido perdón a las víctimas por “las cosas que hemos hecho como jesuitas, porque si bien no soy yo subjetivamente quien lo hizo, hay una responsabilidad objetiva”. Admitió que “nunca se hizo lo suficiente” por parte de el Gobierno, las instituciones y la Iglesia.
Foto: EFE
