El obispo de Teruel y Albarracín, José Antonio Satué, ha lanzado una alerta a los cristianos de la diócesis aragonesa para que tengan constancia de que “en el internet de temática religiosa no todo lo que reluce es oro”. Así lo expresa en su carta pastoral de este domingo 27 de octubre titulada ‘No utilizar el nombre de católico en vano’.
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“Deberíamos evitar este tipo de publicaciones. Nos quitan la paz, rompen la comunión entre los cristianos y no nos ayudan a cumplir la misión”, sentencia el prelado.
En el texto, Satué busca dar respuesta a la inquietud manifestada por algunos fieles sobre la catolicidad de algunos portales digitales. “Algunos son verdaderamente católicos, tanto por sus postulados, fieles al Evangelio y a la doctrina de la Iglesia, como por su tono, en el que se percibe el estilo de Jesús, manso y humilde de corazón (cf. Mt 11,29)”, expone el pastor.
A la vez, subraya que “en otras, ni el mensaje ni el talante tienen que ver con el Evangelio”. “En tales casos me atrevo a decir que ‘utilizan el nombre de católico en vano’”, remarca.
¿De quién fiarse?
De forma implícita y sin citar a ninguna web en concreto, sí apunta que “gracias a Dios, muchos perciben la incoherencia entre el apellido de tales páginas y su contenido; pero hay lectores que, al ver la palabra ‘católico’, tienden a fiarse de cuanto leen en ellas”.
En su carta dominical, el obispo de Teruel ofrece algunas pistas al explicar que “las páginas a las que me refiero dividen el mundo en buenos sin pecado y malos sin redención posible, utilizando incluso la mentira y el insulto contra quienes no comparten sus puntos de vista”. “Ni el Santo Padre se salva de ataques furibundos”, apostilla.
Crítica lícita
Al hilo de esta cuestión, plantea que, “aunque en la Iglesia la crítica a la jerarquía es lícita y necesaria en algunas ocasiones, la mentira y el insulto no son un camino evangélico y, por tanto, tampoco puede ser católico (cf. Mt 5, 21-26)”.
En esta misma línea, advierte de aquellas publicaciones que “dan más relevancia a supuestas revelaciones de la Santísima Virgen que a la Palabra de Dios”, así como aquellas que “insisten con razón en la importancia de la sana doctrina y de la oración asidua, pero pasan de puntillas por el capítulo 25 del evangelio de san Mateo”.
Por último, Satué se detiene en aquellos sitios web “que presentan la oración como una suerte de conjuro con el que conseguir que Dios complazca nuestros deseos y no como lo que es: una relación amorosa entre Dios y nosotros”. “¡Cuántas frustraciones puede provocar ese modo de entender la oración! Incluso puede empujar al ateísmo”, lamenta el obispo.