A una semana de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, que se celebran el 5 de noviembre y que dirimirán si el republicano Donald Trump regresa a la Casa Blanca o la demócrata Kamala Harris mantiene el legado de Joe Biden, qué duda cabe de que el factor religioso, en una sociedad como la estadounidense, es clave. Aunque, tristemente, lo que debería ser un elemento constructivo está siendo utilizado como un arma arrojadiza por Trump.
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Así sucedió días atrás cuando declaró a EWTN que el papa Francisco, al asegurar recientemente que esperaba que las urnas respaldaran al “mal menor”, estaba llamando a apoyarle: “Él quiere que voten por mí. Yo defiendo todo lo que defiende la Iglesia. Y Kamala Harris, no. Ella es marxista y no es muy partidaria de la religión. (…) Todo el Partido Demócrata se ha vuelto muy radical a la izquierda, y yo soy todo lo contrario. Estoy totalmente a favor de la religión, y también me gusta mucho la Iglesia católica”.
“Un pecado muy grave”
A esta escalada de la ira se ha sumado entusiasta el arzobispo excomulgado Cargo Maria Viganò, ex nuncio en Estados Unidos y que ha dicho que “la elección es entre un presidente conservador, que paga con su propia vida su lucha contra el Estado profundo, y un monstruo infernal que obedece a Satanás”. Hasta el punto de que “para un católico no puede haber dudas: votar por Kamala Harris es moralmente inadmisible y constituye un pecado muy grave”.
De lleno en esta deriva, el propio Trump, en un mitin ofrecido en el Madison Square Garden de Nueva York este 27 de octubre, no dudó al asegurar que “Kamala Harris es el Diablo” y “el Anticristo”. En el mismo acto, por cierto, uno de los ponentes, el comediante Tony Hinchcliffe, generó un gran escándalo al calificar a Puerto Rico como “una isla flotante de basura”.
“Gente muy noble y preciosa”
Entre las airadas críticas ha sobresalido la del arzobispo de San Juan de Puerto Rico, el franciscano Roberto González Nieves, que ha publicado una “carta abierta a Donald Trump” en la que reitera que “Puerto Rico es un país hermoso habitado por gente muy noble y preciosa”. Sin olvidar que “más soldados puertorriqueños murieron en la Guerra de Vietnam en el ejército de los Estados Unidos que soldados de cualquier estado de los Estados Unidos”.
Sobre la desafortunada frase, el prelado manifestó que “disfruto de un buen chiste. Sin embargo, el humor tiene sus límites. No debe insultar ni denigrar la dignidad y el carácter sagrado de las personas. Los comentarios de Hinchcliffe no solo provocan risas siniestras, sino odios. Este tipo de comentarios no tienen cabida en una sociedad fundada en libertad y justicia para todos”.
De ahí la llamada final de González a Trump a que se disculpe: “Le hago un llamado respetuoso para que aclare que estos comentarios no reflejan de alguna manera sus puntos de vista personales o políticos. No basta con que su campaña se disculpe por estos comentarios. Es importante que usted mismo se disculpe por estos comentarios”.