El llamado fenómeno ‘fandom’ (aficionados a un pasatiempo), ¿es compatible con la religión? ¿Pueden convivir la fe y la fantasía? ¿Subsiste Dios entre la ciencia ficción?… Se lo pregunta Doxacon, congreso que ha cumplido una década y acaba de celebrar su XI edición en el campus de la Universidad Católica de Washington. “El objetivo es explorar cómo nuestros géneros de entretenimiento favoritos se entrecruzan con la visión cristiana del mundo. Dado el predominio de temas seculares y supuestos ateos en el entretenimiento y la cultura nerd, es fácil pensar que el cristianismo no tiene aquí un lugar natural”, analiza David Subu, sacerdote ortodoxo y uno de sus creadores.
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Las respuestas son un sí categórico. Su argumento es quizás la cumbre de la ciencia ficción del siglo XX, ‘Dune’, la obra maestra de Frank Herbert publicada en 1965. El universo ‘Dune’ –seis novelas, cuya última entrega apareció en 1985– vive una resurrección mediática en dos películas de Denis Villeneuve y unas cuantas series de la factoría HBO por llegar. “Las preguntas que los escritos de Frank Herbert nos plantean como cristianos deben ser tomadas en serio –expone Subu–. ¿Cuáles son los usos adecuados frente a los abusos del poder religioso, los rituales y las imágenes, y cuál es su efecto en la cultura y la espiritualidad? ¿En qué sentido el miedo ‘mata la mente’? ¿Qué es el ser humano y cuál es su destino? ¿Cuál es nuestro noble propósito?”.
Subu vuelve una y otra vez a Herbert. “Entre los muchos temas que trata la serie, la crítica sostenida a las instituciones religiosas se combina con una excepcional imaginación del mito del Mesías en un escenario futuro. Sería fácil suponer que trata a las personas de fe de manera superficial y negativa, pero el tratamiento de Herbert es mucho más sofisticado”, defiende. “Sobre todo, los cristianos harían bien en prestar atención a las observaciones que hace sobre los abusos de poder y de la autoridad religiosa –prosigue–. Al mismo tiempo, Herbert no trasciende ni subvierte por completo el mito del Mesías, y los cristianos también podemos ver reflejados nuestros propios credos en la fantasía religiosa de las ‘Crónicas de Dune’”.
‘Fandoms’, ‘frikis’, ‘geeks’, ‘nerds’, reivindican precisamente que, a través de universos como ‘Dune’ o ‘Star Wars’, por ejemplo, su vivencia de la fe se afianza y crece. Es lo que admite Federico Gómez, autor de ‘Mira las estrellas’ (2019), libro en el que persigue “las huellas de Dios” en Star Wars. “La saga es mucho más que sables, láser, robots astromecánicos y naves espaciales. Algunos de sus personajes son arquetipos que representan nuestros miedos y nuestras esperanzas, y tiene un trasfondo inspirado en tradiciones espirituales y perspectivas antropológicas que configuran nuestra forma de entender el mundo. Hay mucha Verdad en esta trama de ficción fantástica”, sostiene.
El ser humano
“Podemos vislumbrar algo de nuestro gusto por el bien y el deseo de cambio en la fortaleza y sabiduría de los ‘jedis’ –añade–. En la falta de empatía y el dolor que padecen los ‘siths’ se representan nuestros temores. La injusticia sufrida por las víctimas de la guerra, la extrema cautela de C-390, los sueños de los rebeldes, lo canalla y leal de Han Solo… Todo habla de nuestras propias vidas, de nuestra forma de vivir y de creer. ‘Star Wars’ trata, al fin y al cabo, del ser humano”.
Y eso significa, además, que “algunos personajes de la saga tienen experiencias de Dios que marcan sus decisiones, aunque no se nombren así. De manera que pensar en el encuentro de Dios de los personajes de ‘La Guerra de las Galaxias’ nos puede ayudar a repensar nuestro propio encuentro con Dios”.