JUEVES
Un buen amigo se me queja de que la nueva encíclica del Papa no repara en la devoción española. Lejos de apiadarme, le incordio y comparto con él que es una lástima que no haya incluido una referencia al Cerro de los Ángeles. Consigo irritarle aún más con la referencia geográfica, sabiendo que, de inmediato, sacaría pecho del fervor de su tierra. Moraleja: la pasión por el Sagrado Corazón es tan universal que cada uno la siente como única y particular.
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VIERNES
Conversación con Pedro Chillida, hijo del escultor, que ha heredado la destreza con los materiales nobles. Y su pasión por la Real Sociedad. Participa en EncuentroMadrid. “Todo en mi padre era verdad, era bueno hasta en la carretera. ¡Era un santo!”. Y añade: “¡Es jodido ser hijo de un santo!”. No debe de ser fácil vivir a la sombra de un grande, aunque sean apacibles la sombra y el grande.
SÁBADO
Me cuentan que un curial vaticano, que siempre aspiró a una birreta púrpura que se le ha negado hasta tres veces, rompió a llorar tras las votaciones finales del Sínodo. No por emoción al haber sido partícipe de un ‘kairós’. El prelado no logró que se tumbara el punto sobre el lugar de las mujeres y acabó soltando, con más rabia que acierto, a quien se encontraba a su paso, que ya ha comenzado “la destrucción” de la Iglesia. El ayuno intermitente no está recomendado para todos los públicos.
DOMINGO
Domus fue el primer museo interactivo dedicado íntegramente al ser humano. Está en A Coruña. Nada más entrar, entre unos cortinajes para no herir susceptibilidades, se ofrece una proyección de un parto. La fragilidad. La ternura. La maternidad. Y la encarnación. Debería ser un visionado obligatorio para quien ostente cualquier tipo de palabra eclesial pública. Tengo la sensación de que a más de uno se le ha olvidado que Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre. Hecho niño.
LUNES
Auditorio del Banco Sabadell. Presentación del libro ‘Más allá de los límites’, que aglutina el magisterio deportivo del Papa. Bernardito Auza: “Francisco no es Maradona ni Messi, pero va por delante en el partido de la vida”. El nuncio recuerda, además, que el Papa dice de sí mismo que tenía “dos pies izquierdos” cuando intentaba jugar al fútbol. No así cuando le toca regatear con disquisiciones de alto voltaje y con aristas diplomáticas.