Es un Cristo yacente. Y embarrado. La imagen de Jesús de Nazaret fallecido, con los ojos cerrados y el rostro manchado por el mismo lodo que ha sepultado a centenares de personas víctimas del desastre natural más voraz de la historia de España. Esta escultura del Hijo de Dios ha sido recuperada por Gustavo Riveiro, el párroco de San Jorge de Paiporta, una de las localidades más castigadas por la DANA. La talla de este Crucificado muerto y enfangado se está convirtiendo, sin buscarlo, en un icono de la tragedia.
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“Su imagen con el rostro lleno de barro nos recuerda a los más de cien fallecidos en Paiporta, a la cantidad de desaparecidos aún no cuantificables, y a sus familias, que es la verdadera tragedia, la de las personas que han perdido la vida”, comparte Riveiro. Para el sacerdote, que lleva cinco días acompañando y consolando un duelo colectivo, “todo lo demás se irá recuperando cuando sea posible, si es posible…”.
Cubo a cubo
Riveiro está mano a mano con los feligreses de la parroquia, especialmente con los jóvenes movilizados, para echar una mano a todo el vecindario. Sin embargo, como él mismo relata, están vaciando “cubo a cubo” cada uno de los locales y casas con cierta dificultad, en tanto que todavía no disponen de agua para seguir avanzando en las tareas de limpieza.
Ayer, la comunidad católica de Paiporta se sintió algo más reconfortada en tanto que recibieron la visita del arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, que también pudo conocer de primera mano los daños provocados por la riada en Aldaia.