“Humilde y gozoso acto de fe”

El Papa En La Consagración(Josep M. Rovira Belloso–  Profesor emérito de la Facultad de Teología de Cataluña)

I. “El milagro arquitectónico”

  • Benedicto define el templo: “En un humilde y gozoso acto de fe, levantamos una inmensa mole de materia, fruto de la naturaleza y de un inconmensurable esfuerzo de la inteligencia humana constructora de esta obra de arte. Ella es un signo visible del Dios invisible”.
  • RoviraUna mole de piedra que no pesa y eleva. Ha costado un enorme esfuerzo inteligente levantar esta mole de piedra. Pero, una vez levantada y cubierta, ya no pesa: parece flotar en el cosmos y nos hace flotar un poco sobre los achaques de nuestra condición humana.
  • La creación dentro del templo y el Misterio de Cristo mostrado al mundo. El Ritual decía que se ungían las paredes con el óleo de la dedicación del templo a Dios.  Como en el arte gótico, no hay paredes sino vidrieras, en este caso los vitralls de colores puros de Vila-Grau. Gaudí introdujo la creación en el templo: “Piedras, árboles y vida humana –dice Benedicto– para que toda la creación convergiera en la alabanza divina, pero al mismo tiempo sacó los retablos afuera para poner ante los hombres el misterio de Dios”.

II. La Eucaristía: el cielo en la tierra

  • La Oración Eucarística. Benedicto mostró su piedad sólida. Su voz se eclipsaba tras su “fe humilde y gozosa”. He aquí para lo que vino el Papa a Barcelona. Para enseñarnos que es bueno vivir de cara a Dios. En esta oración, dicha en nombre de Jesús a nuestro Padre, se edifica “la conciencia humana anclada en el mundo y abierta a Dios iluminada y santificada por Cristo”.
  • La comunión con Dios “amigo de la vida”. Apoyados en la fe, podemos “mostrar al mundo el rostro de Dios que es amor: el único que puede responder al anhelo de plenitud del hombre. “Ésa es la gran tarea: mostrar a todos que Dios es Dios de paz y no de violencia, de libertad y no de coacción, de concordia y no de discordia. Dios es la verdadera medida del hombre”. El Templo y la Eucaristía eran una catequesis que llenaba de paz a quienes la veían y escuchaban.

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