El papa Francisco recibió a los miembros del Consejo Nacional de Jóvenes italianos y les invitó a ser “testigos de la belleza de la vida” sin dejarse influir por el “pesimismo” y el “escepticismo”. “Por favor, no perdáis la capacidad de soñar: cuando un joven pierde esta capacidad, no digo que se haga viejo, no, porque los viejos sueñan. Se convierte en un “jubilado de la vida”. Es muy feo. Por favor, jóvenes, no seáis “jubilados de la vida”, ¡y no dejéis que os roben la esperanza! ¡Nunca! La esperanza nunca defrauda”.
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Acariciar y abrazar
El pontífice invitó a los jóvenes a ser portadores de la “belleza y novedad de la vida”, convirtiendo las diferencias en “capacidad de escucha” y aspirando a ideales más altos que las “arenas movedizas de la enemistad”, según recogen los medios vaticanos. El Papa les invitó a promover la “participación activa” en el diálogo con las instituciones, en el “trabajo en red” entre las distintas realidades inspiradas en la “solidaridad” y la “inclusión” de quienes no tienen voz.
Francisco también destacó los desafíos del mundo actual como “la dignidad del trabajo, la familia, la educación, el compromiso cívico, el cuidado de la creación y las nuevas tecnologías”, o incluso el aumento de los “suicidios juveniles”… como señal de “una metamorfosis no sólo cultural, sino también antropológica”. Ante esto alabó que “vuestro servicio desinteresado por la verdad y la libertad, por la justicia y la paz, por la familia y la política, es la contribución más hermosa y necesaria que pueden aportar a las instituciones para construir una nueva sociedad”. “Hay que cambiar: jugar con los niños y acariciar a los ancianos. Y esto hará que su juventud sea fructífera. No lo olviden: niños y ancianos”, reclamó.
“No tengáis miedo de atravesar incluso conflictos”, instó el pontífice lamentando sobre todo la tristeza que le provoca ver a los jóvenes que viven en la superficialidad, evitando atravesar los conflictos. En ese sentido propuso el ejemplo del beato Pier Giorgio Frassati. “Yo cuando era niño escuché hablar de él porque mi papá era compañero de la Acción Católica. Es un joven como vosotros, que ha dado testimonio con su vida de la alegría del Evangelio. Os invito a conocerle y a imitar su coherencia y su valentía”, confesó Jorge Mario Bergoglio.
