Este 16 de noviembre se ha hecho pública una carta del papa Francisco en la que invita a cada Iglesia particular a redescubrir y perpetuar, en una fecha única, la memoria de las figuras extraordinarias de la fe que han caracterizado el camino y la espiritualidad cristiana local. Una propuesta a partir de la cual las Conferencias Episcopales puede elaborar diferentes propuestas pastorales.
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Santidad cotidiana
Las diócesis, a partir del próximo Jubileo de 2025, están invitadas a recordar y honrar las figuras de santidad que han caracterizado el camino y la espiritualidad cristiana local, cada año el 9 de noviembre, fiesta de la Dedicación de la Basílica de Letrán. El Papa considera importante que todas las Iglesias particulares conmemoren en una única fecha a los santos y beatos, así como a los venerables y siervos de Dios de sus respectivos territorios. Para el pontífice no se trata de insertar una nueva memoria en el calendario litúrgico, sino de promover con iniciativas adecuadas fuera de la liturgia, o de recordar dentro de ella, por ejemplo en la homilía o en otro momento que se considere oportuno, a aquellas figuras que han caracterizado el camino y la espiritualidad cristiana local.
Para Francisco “esto permitirá a cada comunidad diocesana redescubrir o perpetuar la memoria de discípulos extraordinarios de Cristo que han dejado un signo vivo de la presencia del Señor resucitado y son todavía hoy guías seguros en nuestro camino común hacia Dios, protegiéndonos y sosteniéndonos”. De esta manera se promueve la “santidad de la puerta de al lado”, la “santidad cotidiana” en la que siempre es rica la Iglesia esparcida por el mundo.