El papa Francisco, al G20: “Quien causa hambre y muerte por usura y codicia, comete un homicidio indirecto”

  • El secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, participa en la cumbre de los países más ricos del mundo que se celebra en Río de Janeiro
  • El Pontífice respalda la Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza creada por Lula da Silva que ya respaldan 81 países y 24 organizaciones internacionales

Cumbre del G20 en Río de Janeiro

El papa Francisco ha denunciado hoy ante los líderes políticos que participan en la cumbre de del G20 en Río de Janeiro que “la aceptación silenciosa por parte de la sociedad humana del hambre es una injusticia escandalosa y una grave ofensa”. A través de un mensaje leído por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, presente en Brasil, el Pontífice plantea a los jefes de Estado que “es motivo de gran preocupación que la sociedad aún no haya encontrado la manera de abordar la trágica situación de quienes se enfrentan a la hambruna”.



El sucesor de Pedro no dudó en asegurar que “aquellos que, por la usura y la codicia, causan el hambre y la muerte de sus hermanos y hermanas en la familia humana, están cometiendo indirectamente un homicidio, que les es imputable”, remitiéndose al Catecismo de la Iglesia Católica.

Alianza global

El Santo Padre abordó esta cuestión en tanto que el este cónclave de los países más ricos del planeta arrancó con el lanzamiento con el lanzamiento de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, una iniciativa del anfitrión y presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que nace con 147 miembros fundadores, entre ellos 81 países y 24 organizaciones internacionales.

Para Jorge Mario Bergoglio, el problema del hambre “no es simplemente una cuestión de falta de alimentos; más bien, es una consecuencia de injusticias sociales y económicas más amplias”. “La relación entre el hambre y la pobreza está inextricablemente vinculada”, insiste.

Medidas conjuntas

A la vez, propone la puesta en marcha de medidas “conjuntas y colaborativas con la participación de toda la comunidad internacional” desde “un enfoque integrado, integral y multilateral”.

“La centralidad de la dignidad humana dada por Dios a cada individuo, el acceso a los bienes básicos y la distribución justa de los recursos deben ser prioritarios en todas las agendas políticas y sociales”, sentenció el Pontífice. De hecho, apuntó que el problema no está en producir más alimentos, sino en una redistribución igualitaria y reducción de los desperdicios.

Paradoja real

Francisco verbalizó la paradoja de que, hoy por hoy, “más de 3.000 millones de personas carecen de acceso a una dieta nutritiva”, mientras que “casi 2.000 millones de personas tienen sobrepeso u obesidad debido a una mala nutrición y un estilo de vida sedentario”.

Echando mano de su encíclica ‘Fratelli tutti’, el Papa recordó al foro que “la política debe hacer de la eliminación efectiva del hambre uno de sus objetivos principales e imperativos”. “El hambre es criminal, la alimentación es un derecho inalienable”, reiteró.

Cumbre del G20 en Río de Janeiro

En paralelo, Jorge Mario Bergoglio hizo un llamamiento a los Estados que conforman el G20 para que identifiquen “nuevas vías para lograr una paz estable y duradera” frente a la “intensificación de las guerras y los conflictos, las actividades terroristas, las políticas exteriores asertivas y los actos de agresión, así como la persistencia de las injusticias”.

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