Francisco enciende la ira de Israel al pedir “investigar” si hay o no un “genocidio” en Gaza

  • La representante de Naciones Unidas que vigila el estado de los derechos humanos en Palestina responde con un contundente ‘sí’
  • Tel Aviv reitera que “ha ejercido su derecho a la autodefensa” y lamenta que juzgarlo de otro modo busca “aislar al Estado judío”

Los palestinos desplazados internos caminan cerca de edificios destruidos en Khan Yunis, al sur de

Mañana, martes 19 de noviembre, ve la luz el nuevo libro del papa Francisco ‘La esperanza no defrauda nunca’ (Ed. Mensajero), editado por el periodista Hernán Reyes Alcaide, y que se inscribe en el marco del próximo Jubileo de 2025. En él se abordan diversas temáticas, pero, después de que el diario italiano ‘La Stampa’ ofreciera un adelanto, hay punto en concreto que ha despertado una fuerte polémica.



Se trata de un pasaje en el que Bergoglio comenta la situación de la población de la franja palestina de Gaza, que, desde los ataques de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023 y la contundente respuesta del Gobierno de Netanyahu, atraviesa una fuerte crisis humanitaria. Hasta el punto de que el Pontífice advierte que, “según algunos expertos, lo que está sucediendo en Gaza tiene características de un genocidio”. Por ello, plantea que “deberíamos investigar cuidadosamente para determinar si se ajusta a la definición técnica formulada por juristas y organismos internacionales”.

Respuesta de la ONU

A través de la red social X, Francesca Albanese, relatora especial de Naciones Unidas para vigilar la situación de los derechos humanos en Palestina, ha sido contundente al recoger el guante pontificio y ha asegurado que “espero que el papa Francisco tenga tiempo” para leer los hasta “tres informes de la ONU que investigan las prácticas genocidas de Israel en un año”. Uno de ellos lo ha escrito ella misma y otro, por ejemplo, lo ha elaborado el Relator Especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, “denunciando la hambruna/destrucción de la soberanía alimentaria como una práctica genocida”.

Por su parte, la Embajada de Israel en la Santa Sede, también desde su cuenta de X, se ha defendido así: “El 7 de octubre de 2023, hubo una masacre genocida de ciudadanos israelíes y, desde entonces, Israel ha ejercido su derecho a la autodefensa contra intentos desde siete frentes diferentes de matar a sus ciudadanos. Cualquier intento de llamar a esta autodefensa con cualquier otro nombre busca aislar al Estado judío”.

Con Olmert y tres ex ministros palestinos

Pese a que muchas de sus declaraciones no son bien recibidas en Oriente Medio (como ocurre en muchas ocasiones en Ucrania), no hay duda de que Francisco está tratando de mediar por todos los medios a su alcance. Solo en las últimas semanas, ha recibido en audiencia a un grupo de israelíes que fueron secuestrados hace un año por Hamás. A un nivel diplomático, también se ha visto personalmente y de un modo conjunto con el ex primer ministro israelí Ehud Olmert y con tres ex ministros de Exteriores palestinos, Nasser Al-Kidwa, Gershon Baskin, y Samer Sinijlawi.

Gaza2

La Santa Sede no ofreció ni un solo detalle de la audiencia, pero, continuando con su incansable ‘ofensiva de paz’, el Pontífice, a buen seguro, abordó con los mandatarios la búsqueda de posibles vías de entendimiento que pudieran cerrar la crisis abierta desde hace un año en Gaza y que se ha extendido a toda la región, habiendo choques directos entre Tel Aviv y Líbano o Irán.

En el caso de Olmert, el representante del Likud fue primer ministro de Israel entre 2006 y 2009. La Historia le ha recordado como un político moderado entre dos representantes del ‘ala dura’, como Ariel Sharón y Benjamin Netanyahu, actual mandatario israelí que, gobernando en coalición con los ultraortodoxos, ha fomentado la extensión de los colonos y una mayor beligerancia en Gaza y Cisjordania.

En el caso de la Franja, tras sufrir Israel el 7 de octubre de 2023 un brutal atentado por parte de Hamás, en el que murieron unas 1.500 personas, sus habitantes son los que han sufrido las consecuencias de la respuesta de Netanyahu, con más de 40.000 víctimas.

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