Bajo el lema ‘Cómo ser una Vida Consagrada sinodal misionera’, esta semana se celebra el encuentro de la USG (Unión de Superiores Generales) del 20 al 22 de noviembre en Sacrofano. Este encuentro reúne a superiores generales de órdenes religiosas masculinas y femeninas, con el objetivo de reflexionar sobre el papel crucial de la vida consagrada en la Iglesia y en la sociedad contemporánea.
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En dicho encuentro, Arturo Sosa Abascal, presidente de la USG y Superior General de la Compañía de Jesús, se refirió al reto de la multiculturalidad e interculturalidad, y la necesidad de estar atentos a los signos de los tiempos. En un mundo marcado por conflictos, violencia y desplazamientos forzados, Sosa señaló la urgencia de acompañar a los migrantes y contribuir al proceso de integración, derechos y reconciliación.
“Hoy, el fenómeno de la migración forzada es uno de los más grandes desafíos de la humanidad, con más de 100 millones de personas desplazadas. La vida consagrada tiene que estar presente, acompañando estos procesos, facilitando la integración y contribuyendo a la paz”, incidió, tal y como recogió la agencia SIR.
Camino misionero y sinodal
Por otra parte, destacó el proceso de coordinación y colaboración entre la USG y la UISG (Unión Internacional de Superioras Generales). A las par, valoró la reflexión sobre la vida consagrada como un camino misionero y sinodal.
Sosa subrayó que la relación entre las uniones religiosas y el Dicasterio para la Vida Consagrada ha mejorado significativamente, tanto en el aspecto reflexivo como en la colaboración en los servicios que ambas entidades deben ofrecer. Además, resaltó la creación de nuevas comisiones, como la de protección de la niñez y de personas vulnerables, con el fin de asegurar ambientes seguros en casas, escuelas, hospitales y parroquias.