El papa Francisco viajará a Córcega el próximo 15 de diciembre. Después de meses de rumores y de desmentir que fuera a participar en la reapertura de la catedral de Notre Dame, el pontífice ha vuelto a sorprender eligiendo un enclave periférico en lugar de la capital. A esto se suma que, en estos momentos, la isla es una de las zonas más deprimidas de Francia.
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Diez horas durará su escapada Ajaccio, la principal ciudad de la isla, que está pastoreada por el arzobispo español Francisco Javier Bustillo, un franciscano conventual con el que Francisco tiene una estrecha relación y al que creó cardenal durante el consistorio celebrado el 30 de septiembre de 2023.
Reunión con Macron
El Papa participará en la conferencia ‘La religiosidad popular en el Mediterráneo’, en el Palacio de Congresos y Exposiciones de la capital corsa. Durante su estancia se reunirá con el presidente Emmanuel Macron antes de partir de regreso a Roma.
Será la primera vez que un papa visite Córcega, mientras que Francisco ya visitó Marsella en septiembre de 2023 para otro evento sobre emigración en el Mediterráneo y en noviembre de 2014 visitó el Parlamento Europeo en Estrasburgo.
Tradiciones arraigadas
Fue el propio Bustillo quien invitó personalmente al Papa a tomar parte en este foro de reflexión que busca poner en valor “un territorio de mayoría católica y fuertemente arraigado en la tradición”. Lo cierto es que los corsos tienen una profunda en la Virgen María, a la que se dirigen como la Madonuccia. A esto se une que la Iglesia y las autoridades civiles trabajan de manera coordinada en este ámbito de la piedad popular.
Al poner en valor este congreso sobre religiosidad, de alguna manera también el Congreso sobre Hermandades y Cofradías, en tanto que ambas actividades se presenta como una oportunidad para ahondar en las posibilidades en materia de evangelización que ofrece la piedad popular.