Astorga ha reunido en su segunda Jornada Diocesana de Pastoral a más de 250 personas procedentes de todos los rincones de la diócesis. Esta actividad, que nació el año pasado con el propósito de congregar a los agentes de pastoral en la capital diocesana, busca fortalecer la implementación del Plan Pastoral Diocesano. Si en la primera edición se reflexionó sobre la evangelización, este segundo de los cuatro itinerarios de formación, ha tenido el acompañamiento como tema central. Para conocer los principales retos diocesanos, Vida Nueva ha hablado con José Manuel Carrasco, el vicario de Pastoral de la diócesis de Astorga.
Una jornada para la reflexión, el aprendizaje y la unidad diocesana
La jornada incluyó con una serie de talleres diseñados para abordar de manera práctica y concreta las diversas facetas del acompañamiento pastoral, un tema que para José Manuel Carrasco es importantísimo: “No se puede evangelizar y no acompañar, es como sembrar una semilla y dejarla a la intemperie”, nos ha contado.
Uno de los talleres se dedicó al acompañamiento de niños y jóvenes, y fue liderado por los responsables de Acción Católica de Infancia y Juventud. Otro taller se centró en el acompañamiento a novios y matrimonios, a cargo de María Yglesias e Isabel De Aguiar, del Instituto de la Familia de Ourense. El tercer taller abordó la pastoral de la salud y Vida Ascendente, con la participación del delegado de Pastoral de la Salud y un equipo del Hospital del Bierzo. Finalmente, el cuarto taller estuvo dirigido a los agentes de pastoral, y fue conducido por Sergio Cardona, socio-director de la consultora de alta dirección Cardona Labarga.
Las charlas están disponibles en el canal de Youtube diocesano.
El objetivo de estos encuentros de formación no son solo compartir conocimientos, sino también reforzar el espíritu de unidad en torno al obispo y fomentar la colaboración entre sacerdotes y fieles de las distintas zonas o arciprestazgos. “Desde ahí está muy introducido el tema de la corresponsabilidad. Esta jornada es muy sinodal porque implica a la mayor parte de los sectores diocesanos”. Y en la diócesis de Astorga, el reto es aún mayor: “Queremos promover la cultura del acompañamiento en una diócesis como la nuestra, rural y extensa, creando espacios de acogida. Y para eso hay que entrenar. Todos tenemos que ser acompañados pero no todos pueden ser acompañantes. Es por ello, que la formación en este aspecto es vital”, ha expresado José Manuel.
Clausura con gratitud y proyección
En palabras de su vicario episcopal, estas jornadas de formación de pastoral “son un aperitivo que abre el apetito para el curso en general”. Pero no es algo que sea cuestión de un curso, si no que va más allá, “hacia una formación constante”.
El encuentro concluyó con el rezo del Ángelus y unas palabras de Mons. Jesús Fernández González, obispo de la diócesis. Además, se compartieron fechas clave para el futuro de la diócesis, como el Congreso de Vocaciones programado para febrero de 2025 y el Jubileo 2025, marcando así un horizonte de trabajo y celebración conjunta.