Jorge Mario Bergoglio pidió hoy a los jóvenes presentes en la audiencia general de este miércoles que recen por “el martirizado pueblo ucraniano. Sobre todo, por sus alumnos. Piensen en estos muchachos que se encuentran en guerra, sin calefacción en un invierno muy duro“. También abundó en la petición de paz en Tierra Santa, en Nazaret, en Palestina y en Israel. Coincide esta solicitud con el anuncio de alto el fuego entre Israel y la organización Hizbolá en Líbano: “Que haya paz, a gente está sufriendo mucho”.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Por otra parte, anunció que, con motivo del inicio del Adviento, la próxima semana, la Audiencia comenzará a traducirse al idioma chino, país que tiene una importante comunidad cristiana.
Su catequesis estuvo centrada en los frutos del Espíritu Santo. En ese sentido, citó el capítulo 5 de la carta de San Pablo a los Gálatas, en la que el apóstol explica que este fruto es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio (atemperancia). El papa explicó que estos frutos son la colaboración entre la gracia y la libertad, a través de la caridad y con alegría. Concretó que no todos los cristianos pueden ser apóstoles pero todos debemos ser pacientes, caritativos, pacientes, humildes y constructores de paz.
Recordó la alegría que alberga el Evangelio y que llena el corazón y la vida de los que se encuentran con Jesús. “Con Jesucristo, nace y renace la alegría”, espetó. Francisco argumentó que la alegría evangélica tiene algunas similitudes con la humana, aunque no se ve limitada por el tiempo. “Esta puede renovarse cada día y volverse contagiosa. Que la alegría del espíritu no sufra el paso del tiempo”, sentenció.
El santo de la alegría
Para ejemplificar esta actitud alegre, puso en valor la labor de San Felipe Neri, al que denominó el ‘santo de la alegría’. “A los niños pobres de su oratorio les pedía alegría, no escrúpulos, ni melancolía”. En ese sentido, desgranó que el santo participó en el Jubileo de 1575 y visitó las siete iglesias.
Continuó explicando que la palabra Evangelio significa buena nueva. “No se puede comunicar el Evangelio con caras largas, sino como el que encontró el tesoro escondido y la perla preciosa. Recordemos la carta que se dirigió a los filipenses. Estén siempre alegres y den a todos en el Señor. Recuerden tener la alegría de Jesús”, concluyó el pontífice.