La Policía Nacional ha detenido en Santa Coloma de Farners (Girona) a un fugitivo de 55 años, de nacionalidad rumana, que era uno de los delincuentes más buscados por la Europol. El hombre está acusado de un brutal homicidio agravado ocurrido en una parroquia de Paloznak (Hungría) en agosto de 1991, en el que asesinó al sacerdote que regentaba el lugar y agredió gravemente a una monja. Tras décadas huyendo de la justicia, se enfrenta a cadena perpetua.
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Un crimen que conmocionó a Hungría
El delito por el que era buscado tuvo lugar durante un violento robo. Junto a varios cómplices, el detenido irrumpió en la iglesia con la intención de sustraer objetos de valor. Durante el asalto, sorprendieron al sacerdote, un hombre de avanzada edad, mientras dormía. Tras maniatarlo a una silla y agredirlo con extrema violencia, el religioso murió a causa de las lesiones.
Los asaltantes también atacaron a una monja de edad avanzada, a quien maniataron y golpearon hasta que reveló el lugar donde se guardaban los objetos de valor y el dinero de la parroquia. La mujer sufrió lesiones muy graves, pero logró sobrevivir al ataque. Aunque uno de los implicados fue detenido y confesó la autoría del homicidio, el principal sospechoso logró escapar. En mayo de 2024, Hungría emitió una orden europea de detención.
Treinta años huyendo de la justicia
Tras cometer el crimen, el hombre logró eludir a las autoridades húngaras y mantuvo un perfil bajo durante más de 30 años, ocultándose en diferentes lugares de Europa. La Policía Nacional desplegó un operativo en una zona aislada de la provincia de Girona, donde el fugitivo había establecido su último escondite. Para evitar sospechas, los agentes se disfrazaron de jardineros, lo que les permitió acercarse al objetivo sin alertarlo. Tras su detención, será extraditado a Hungría, donde enfrentará cargos por asesinato y otros delitos relacionados con el violento robo. Las autoridades esperan que el juicio permita cerrar un caso que permanecía abierto desde 1991.