La última aclaración del papa Francisco aclarando que el “documento final del sínodo forma parte del magisterio ordinario y debe ser aceptado como tal” ha recibido alabanzas de algunos de los participantes en la asamblea dedicada a la sinodalidad. Así lo ha expresado la suiza Helena Jeppesen-Spuhler en una entrevista en el ‘Pfarrblatt Bern’. Ella ha sido una de las mujeres con derecho a voto y es la responsable de los programas nacionales de apoyo de la Iglesia suiza a Laos y Filipinas.
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Más transparencia
Para ella, la aclaración del Vaticano ha hecho más vinculante el documento del Sínodo Mundial y “ahora los obispos pueden esconderse menos detrás de Roma”. “Está pidiendo cuentas a los obispos, exigiéndoles responsabilidad, tanto hacia arriba como hacia abajo”, destaca esta ‘madre sinodal’ que ya formó parte del sínodo sobre la Amazonía. Para ella, los obispos tendrán ahora que aplicar localmente los resultados del Sínodo mundial e informar de sus experiencias al Papa, por ejemplo, durante las visitas ‘ad limina a Roma’.
“Por tanto, el proceso sinodal continúa”, sentencia Jeppesen-Spuhler. Para esta laica, “entre los obispos existe la mentalidad de orientarse hacia arriba. Eso ya es cosa del pasado, y eso también tiene que ver con la nueva constitución del Vaticano”. Ella cree que “ahora existe realmente una mayor libertad organizativa, que muchas diócesis deseaban desde hace tiempo. Ahora, por supuesto, también tienen que actuar en consecuencia” sin necesidad de mayores esperas en lo que respecta a las reformas, la transparencia o los consejos sinodales. En este sentido reclama que “más importante que el número de comités es que se les dé poder de decisión”, algo “que yo sepa, esto tampoco requiere una autorización explícita de Roma”.