‘Casa Arrupe’: dignidad en el mar de plástico

Casa Arrupe (fuente: SJM)

En Níjar, Almería, alrededor de 40 asentamientos chabolistas albergan a unas 3.500 personas que trabajan en los invernaderos locales. Estos trabajadores, en su mayoría migrantes, viven en condiciones de extrema precariedad, sin acceso a vivienda digna ni transporte. La falta de recursos y la escasez de vivienda en los pueblos cercanos los mantiene invisibilizados, atrapados en un ciclo de explotación laboral.



El Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) de Almería llegó hace unos años para ofrecer ayuda a estas personas. En 2022, surgió el proyecto ‘Casa Arrupe‘, un centro para proporcionar soluciones habitacionales y acompañamiento a migrantes en situación irregular. En este centro, los migrantes participan en un proceso de integración, viviendo en comunidad y recibiendo apoyo en su situación social y administrativa.

El centro también ofrece formación a los migrantes, muchos de los cuales tienen estudios superiores pero no pueden acceder a empleos cualificados debido a su situación. La educación se ve como una vía para salir de la pobreza y mejorar sus condiciones de vida. “Todos proceden de infraviviendas y de condiciones de trabajo que rozan la esclavitud. Están anclados a esta situación porque no tienen ninguna capacidad de socializar con la comunidad”, explica María Ruiz-Clavijo, coordinadora de Hospitalidad y Vivienda del SJM.

Casa Arrupe (fuente: SJM)

Casa Arrupe (fuente: SJM)

El trabajo del SJM ha transformado la percepción de los migrantes en Níjar y ha impulsado proyectos como la construcción de viviendas para 81 personas, con el objetivo de mejorar su calidad de vida. La reciente visita del obispo de Almería, Antonio Gómez, ha dado un nuevo impulso a esta iniciativa, buscando poner fin a la precariedad y dar esperanza a quienes han sido olvidados.

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