La visita
El pasado viernes, 29 de noviembre, el presidente de la república francesa, Emmanuel Macron visitó el final de las obras de reconstrucción de la catedral de Notre-Dame de París. A una semana de la gran inauguración –que tendrá actos civiles y religiosos– se han conocido muchos detalles del proceso seguido tras el incendio, lo que ha abierto la barra libre de opiniones sobre las opciones tomadas en la restauración ahora ya hablando más allá de la recuperación de la aguja del tejado, algo que siempre se ha ido viendo desde fuera y que fue una de las imágenes icónicas de la destrucción del fuego.
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La visita contemplaba 10 etapas e implicaría la distribución de las primeras imágenes del interior de la catedral. También se reunió con 700 trabajadores, artesanos, empresarios, grandes mecenas y arquitectos de la obra tras el incendio de abril de 2019. La campaña de reconstrucción ha sido intensa y se nota en la sociedad francesa, ya que el 24% de la población total –no solo de París– espero visitar la catedral este año, según una encuesta de La Croix. Además, el 53% se sienten “muy apegados” al templo parisino.
Macron llego pasadas las 10:30 h de la mañana a la explanada que tiene también algunas innovaciones incluyendo unas sombras que se ponen y retiran. “Se repara, se reinventa y se reconstruye”, señaló Macron, al entrar en la catedral, antes de añadir “es sublime”. Entre lo más comentado de la visita está el nuevo mobiliario litúrgico del diseñador Guillaume Bardet, particularmente el nuevo baptisterio de bronce o el altar, demasiado modernos para algunos. Se ha descubierto además el cruce de bóveda del crucero con unas piedras especialmente seleccionadas y talladas con una imagen de la Virgen conectando los arcos. Algo que reluce mucho más al estar tan limpia y clara la piedra de las paredes.
Macron pasó también al coro, subió a las bóvedas, tocó el órgano y contempló algunas pinturas redescubiertas como las de la capilla de Saint-Marcel, una de las más grandes. El obispo de París le enseñó el nuevo relicario de la corona de espinas –que tendrá un trozo de madera y un clavo y que no es para todos los gustos– que llegará a la catedral pasadas las celebraciones iniciales de apertura y se colocará para veneración en una de las capillas del deambulatorio –que parece otro tras limpiar el polvo de la pared–. “Gracias, es magnífico”, repetía Macron antes de irse.
Nous y sommes. pic.twitter.com/oBjrTpuvFZ
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) November 29, 2024
La apertura
Aunque hemos comentado más detalles en este blog, los actos finalmente se han dividido para salvaguardar la laicidad francesa. Así, el sábado 7 de diciembre, el presidente pronunciará un discurso en la explanada frente a la fachada. De esta manera se deja para el domingo, 8 de diciembre, la celebración religiosa. Y después, el arzobispo de París, el cardenal Laurent Ulrich, presidirá la misa de la Inmaculada Concepción. De esta manera se mantiene la fecha anunciada por Macron –que se ha tomado la reconstrucción como un proyecto de Estado casi propio– pero sin que este haga un discurso institucional dentro del templo.
Si quedara alguna duda, desde que el papa Francisco convocó un consistorio para la creación de nuevos cardenales para las mismas fechas se desvaneció el sueño de su presencia. Aunque, por otro lado, hemos sabido que el Papa estará el 15 de diciembre en Ajaccio, capital de la isla de Córcega –es decir, en territorio francés–, para participar en la conferencia ‘La religiosidad popular en el Mediterráneo’. Eso sí, durante su estancia se reunirá con el presidente Emmanuel Macron antes de partir de regreso a Roma. Esta será la primera vez que un papa visite Córcega, aunque Francisco ya visitó territorio francés yendo a Marsella en septiembre de 2023 para otro evento sobre emigración en el Mediterráneo y en noviembre de 2014 para intervenir en el Parlamento Europeo en Estrasburgo.