La nueva santa
Como contó Vida Nueva, el pasado 25 de noviembre de 2024, tras una audiencia el papa Francisco autorizó al Dicasterio para las Causas de los Santos a publicar el decreto en el que aprobaba el milagro atribuido a la intercesión de la beata sor María Troncatti, religiosa salesiana nacida en Corteno Golgi, al norte de Italia, el 16 de febrero de 1883 y fallecida en Sucúa, Ecuador, el 25 de agosto de 1969. Esta aprobación implica dejar vía libre a la canonización de esta Hija de María Auxiliadora que fue misionera en Ecuador.
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Troncatti nació en la provincia de Brescia dentro de una gran familia de agricultores, por lo que ayudaba en el campo y cuidando a los hermanos pequeños. Su conocimiento del mundo salesiano le llega porque a la casa llega una revista, el ‘Boletín Salesiano’, publicación fundada por el mismo Don Bosco y que sigue publicándose hoy con distintas ediciones por todo el mundo. Es leyendo la revista cuando empieza a pensar en su vocación religiosa, con el rechazo inicial de su padre. Al cumplir los 21 le dará su consentimiento y Troncatti solicitará su admisión en las Hijas de María Auxiliadora profesando en 1908.
Después de empeñarse como enfermera en la Primera Guerra Mundial cumplió una promesa hecha a la Virgen María de que se irá a las misiones si no perdía la guerra durante el conflicto cuando le sobrevino un tornado. Entonces fue enviada a Ecuador. En 1925 llegó a la bahía de Guayaquil y luego con otros misioneros se adentró en la selva amazónica donde desempeñará su misión entre los indios Shuar en la parte sureste de Ecuador. Su eficacia al sacarle la bala al hijo de un jefe con su navaja hizo que se ganara la estima de toda la tribu. Desde la comunidad de Macas, un pueblo de colonos rodeado por las viviendas colectivas de esta tribu –que la llamaba “madrecita”–, trabajó durante 44 años.
Allí, esta mujer realizó su misión siendo, además, enfermera, cirujana, ortopedista, dentista y anestesióloga en varios dispensarios. Pero, sobre todo, fue catequista, dicen, llena de fe, paciencia y bondad salesiana. Su labor entre las mujeres shuar fue decisivo ya que defendió su libertad a la hora de elegir marido. Volando hacia la localidad de Sucúa para hacer ejercicios espirituales, el avión cayó poco después del despegue. “Nuestra madre, la hermana María Troncatti está muerta”, anunció la radio de la Federación Shuar aquel 25 de agosto de 1969.
El milagro
El milagro aprobado ocurrió el 2 de febrero de 2015 a las 10 de ña mañana mientras un hombre, el Sr. Juwa, agricultor y carpintero del pueblo Shuar, de la comunidad de Nunkui Nunka (Ecuador), trabaja en la selva amazónica afilando la cuchilla de la máquina. Entonces se rompió un pedazo y un gran fragmento de piedra impactó en el lado derecho de su cabeza, provocando una profunda fractura en el cráneo con pérdida de materia encefálica.
Ayudado por su hijo, dos compañeros y una enfermera asistente en el centro de salud Nunkui Nunka que pidió una ambulancia aérea a la que llegaron tras improvisar una camilla en medio de la selva y vadear el río Macuma en canoa. El estado de agricultor era muy grave y no llegó hasta el hospital principal hasta las 17: 30 h., donde se observó que tenía una “lesión cerebral abierta con exposición de tejido cerebral, en Glasgow 6T de 15”. Fue operado y quedó con una hemiplejia izquierda y ausencia de lenguaje.
Desde antes de la operación, sus cuñados habían pedido la intercesión de la beata María Troncatti, junto con la comunidad educativa de las Hijas de María Auxiliadora en Tuutin Entza, ciudad natal de Juwa. En la habitación que alquilaron en la localidad de Macas –donde está enterrada la salesiana– para su recuperación colocaron un gran cuadro de la salesiana misionera que había trabajado por el pueblo Shuar. A ella le reza toda la familia. sin realizar rehabilitación, un mes después Juwa soñó con la hermana, quien le aseguraba su recuperación, prometiéndole que a la mañana siguiente hablaría y caminaría. En el sueño la monja le ungía el cuello y la pierna izquierda. al despertarse sintió que estaba curado y con la ayuda de su mujer empieza a hablar y caminar. El 5 de abril de 2015, con la ayuda de su cuñado, va a la catedral de la Purísima en Macas. El médico que lo operó estaba asombrado, y lo volvió a ver en 2017 encontrándole perfectamente curado. Y todo empezó leyendo una revista.