La autora de la aclamada trilogía negra del Baztán vuelve a sumergirse en los rincones más oscuros de la historia con ‘Las que no duermen NASH’ (Destino). Inspirada en un atroz crimen real ocurrido en 1936 en la sima de Legarrea, donde una mujer y sus seis hijos fueron arrojados, la novela entrelaza pasado y presente a través de la psicóloga forense Elizondo, quien, al encontrar el cadáver de una joven desaparecida años atrás, se ve envuelta en los secretos de la trágica muerte de Juana Josefa Goñi Sagardía. Un ‘mystic noir’ trepidante que deja sin aliento.
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PREGUNTA.- Su novela incluye un personaje poco habitual en las novelas de misterio: una psicóloga forense que investiga desde el punto de vista de la víctima…
RESPUESTA.- Quería salir de lo típico en las novelas negras, donde casi siempre son inspectores, fiscales o periodistas quienes investigan. Un psicólogo forense aporta una perspectiva única: se convierte en el “psicólogo del muerto”. No actúa como un policía; usa la empatía para conectar con la víctima a través de lo que dejó: su móvil, su ropa o la música que escuchaba. Es una forma fresca de abordar la investigación criminal.
Leyendas de brujas
P.- También escogió una zona cargada de misticismo y leyendas. ¿Qué le llevó a ubicar la historia allí?
R.- Es una región plagada de leyendas, desde brujas hasta lugares llamados “caminos del infierno”. Los personajes investigan los orígenes de estas historias y su contexto histórico y cultural. Pero mientras están en una de esas cimas, encuentran un cadáver reciente, no una bruja medieval. Así arranca la trama.
P.- Se inspira en un caso real de 1936. ¿Cómo lo integró en la novela?
R.- No escribo sobre crímenes reales, pero este caso me inspiró profundamente. La mujer era distinta al resto: herbolaria, no bautizó a sus hijos, no iba a la iglesia y era bellísima. Su diferencia la convirtió en blanco de odio y superstición. Aunque no recreo exactamente los hechos, ese crimen y otros similares son el punto de partida de mi novela. (…)
Matar por las creencias
P.- Entre tantas muertes, supersticiones y rituales, ¿Dolores Redondo tiene fe o un sentido de trascendencia?
R.- Soy una mujer muy espiritual y creo que la fe es un motor poderoso, tanto para el bien como para el mal. Hay millones de personas que viven en torno a la fe, y algunas incluso matan por sus creencias.