El sorteo extraordinario de Navidad de la Lotería Nacional sirve, entre otras cosas, como escaparate de obras de arte de temática navideña. Lo hace así desde 1954. Y es que los relatos bíblicos de la infancia han servido de inspiración a tantos artistas en los últimos siglos. Partiendo de esta obra –y con la resaca del sorteo– ofrecemos algunas propuestas de contemplación para estos días.
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“La Natividad” (Hermanos de Osona)
Desde el pasado 1 de julio ha estado en la calle una reproducción del cuadro ‘La Natividad’, un óleo sobre tabla atribuido a Francisco de Osona y Rodrigo de Osona que sitúa en la escena a María, José orando junto al Niño Jesús y un coro de tres ángeles, mientras que al fono se observan al buey, la mula y tres pastores. Parece que junto a la tabla ‘La Adoración de los Magos’ formó parte del retablo principal de la iglesia de Santa María de Alicante.
Los pintores son dos artistas valencianos, padre e hijo, que combinaron en sus cuadros técnicas flamencas e influencias italianas. Su Natividad es uno de los cuadros más representativos. En él la Sagrada Familia parece flotar en un ambiente de calma y serenidad según comentan los expertos. Los tonos terrosos dan mayor calidad y vitalidad al cuadro.
“El sueño de san José” (George de La Tour)
El Museo de Bellas Artes de la ciudad francesa de Nantes tienen entre sus fondos el cuadro barroco “Sueño de san José”, una pintura al óleo de Georges de La Tour pintada en la primera mitad del siglo XVII. Una escena en claroscuro que refleja la versión que el evangelio de Mateo nos ofrece del anuncio del nacimiento de Jesús. A la luz de una vela –cuya llama está tapada– el anciano José se ha quedado dormido leyenda y lo que parece ser una chica muy joven –que podría trasladar al exterior la imagen del ángel que se aparece en sus sueños– se acera a despertarlo. Como ocurre con la llamada “religiosidad laica” del La Tour lo sagrado y mistérico se esconde en los claroscuros del cuadro ya que no aparece ninguno de los elementos trascendentes habituales.
Dicen los expertos que puede que esta sea una de las obras maestras de La Tour. Es una obra de madurez, ya que la noche a la luz de una vela domina sus últimas creaciones. En ella contrasta la cara de preocupación de san José tras el sueño tenido –quizá tras buscar en las Escrituran una explicación a lo que le está ocurriendo– y la paz interior que transmite la cara de la niña/ángel.
“La adoración de los pastores” (El Greco)
En la sala 10B del Museo del Prado de Madrid cuelga un gran lienzo de más de tres metros de altura que recoge la escena de la “Adoración de los pastores” obra de El Greco. Pintado entre 1612 y 1614 presenta la escena en mitad de la noche dentro de la penumbra habitada en la gruta de Belén. María tiene al Niño Jesús desnudo sobre su regazo ante la asombrada mirada de san José y tres pastores. Completan la escena el buey recostado en el suelo y un grupillo de ángeles.
Señala Leticia Ruiz Gómez es su ‘El Greco en el Museo Nacional del Prado: catálogo razonado’ (Madrid, 2007), que “puede considerarse esta Natividad como la última obra maestra salida de la mano del Greco antes de su muerte el 7 de abril de 1614”. De hecho, el lugar original de la pintura era el propio enterramiento de la familia Theotocopuli en el convento de Santo Domingo el Antiguo (Toledo) de monjas cistercienses. Luego el óleo se vendería al Estado español en 1954. En el Metropolitan Museum de Nueva York hay una “versión de taller” de la obra.