Los Magos de Oriente, un ángel un tanto alocado, un niño convertido en paje, una pastorcilla despistada… y ahora una simpática paloma. Cada Navidad desde hace un lustro, estos personajes han viajado –en camello, a lomos de un cerdo o, incluso, volando– camino de Belén, acompañados por la pluma y la imaginación de Hervé Alústiza (Pamplona, 1975). Este año, con ‘La paloma Colombina… apareció en Belén’ (PPC), el artista y “peregrino” navarro regresa de nuevo al portal que es la fuente de inspiración de todos sus cuentos. Otro relato, bellamente ilustrado por Gema García Ingelmo, en el que vuelven a aflorar el “alma de niño” del autor y su “capacidad de asombro”.
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PREGUNTA.- Después de sus cinco cuentos navideños publicados por PPC en los últimos años, por si todavía queda alguien que no le conozca, díganos quién es Hervé Alústiza…
RESPUESTA.- Suelo decir que soy artista y estoy enamorado. Y soy un peregrino. Por ello, camino con la imaginación y busco continuamente. Al apreciar el mundo que nos rodea, intento plasmarlo a mi manera con versos, canciones o viñetas reflexivas: necesito expresar los pensamientos y las ideas en forma de fábula.
‘Contemplaoración’ ante el portal
P.- ¿De dónde surgen todas esas historias que relata en sus libros?
R.- Del día a día, de conversaciones cotidianas, de un refrán, de un libro, de una película… En el caso de estos cuentos navideños, de la ‘contemplaoración’ ante el portal de Belén.
P.- ¿Por qué el tiempo de Navidad es tan propicio para imaginar aventuras así?
R.- Porque celebramos el nacimiento de Dios. En Él y con Él, nos ilusionamos especialmente entre celebraciones y encuentros familiares, villancicos y cabalgatas. Con la venida de Dios renacen la inocencia, la ternura y el gusto por la tradición.
Capacidad de asombro
P.- ¿Es difícil escribir para niños?
R.- En mi caso, tengo alma de niño y espero no perder nunca esa capacidad de asombro. Necesitamos bajar a su altura, ponernos en cuclillas, escuchar a nuestras criaturas gigantes y soñar con ellas.
P.- ¿Qué podemos hacer para que el libro infantil se haga un hueco entre la amplia oferta de regalos de estas fechas?
R.- Entre tanto materialismo, hipertecnología, velocidad y sobreabundancia, hay que buscar lo que no pasa. Las palabras nos hablan desde el pasado, el presente y el futuro. Podemos leer con diferente mirada la misma historia en un libro. Estos cuentos son teatrales (se pueden representar) y clásicos (buscan ahondar en el Amor, que no caduca). Si, además, somos como niños y disfrutamos de las pequeñas cosas, podemos leerlos en voz alta en familia y el gozo es mayor. (…)