Profesor universitario, responsable de Derechos Humanos de Justicia y Paz y vicepresidente de la Federación Española para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos

Seguimos, don Federico


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El día 19 de diciembre de 2024, poco después de las 10 de la mañana llegaba a mi correo un mensaje de la Fundación Cultura de Paz, en el que se decía literalmente: “En nombre de Federico Mayor Zaragoza, le transmitimos su agradecimiento por esta referencia a su poema”. Se refería al poema que se incluía en mi post para vida nueva titulado: “Derechos Humanos: apostar desde la urgencia consciente”.



Poco más tarde entraba otro correo con la Felicitación de Navidad para el año 2025. Era un poema de Federico Mayor que empezaba con el prólogo de la Carta de las Naciones Unidas: “Nosotros los pueblos hemos decidido evitar a las generaciones venideras el dolor de la Guerra”, y en su primer párrafo decía así:

“Cuando todo parecía indescifrable, irreversible
Oscuro y sin sentido
Surgió radiante en cada ser humano
La luz del misterio extraordinario
De la vida”.

A las siete de la tarde otro mensaje, esta vez en una red social me comunica que Federico Mayor Zaragoza había fallecido.

Federico Mayor Zaragoza presenta el libro Recuerdos para el porvenir (PPC)

Se agolpan recuerdos agradecidos: su generosidad, su conciencia de lo importante que es aprovechar cada minuto de la vida para mejorar las condiciones de dignidad de los seres humanos, su apremio a no despistarnos en la tarea de apostar por los y las más vulnerables, su denuncia de las plutocracias que se enriquecen de manera obscena a costa de los pueblos oprimidos.

Nos deja una persona que supo vivirle a la vida su talla con dolor, con consciencia y con esperanza, porque si hay algo en personas como Federico Mayor Zaragoza es que nunca perdían la esperanza.

Muchas gracias por su vida, profesor Mayor Zaragoza, maestro.

Seguimos sin desfallecer.