El arzobispo de Granada llama a recuperar la alegría y la esperanza cristiana por Navidad

José María Gil Tamayo anima a vivir el Jubileo como una oportunidad para profundizar en la fe

José María Gil Tamayo secretario general de la Conferencia Episcopal Española

José María Gil Tamayo, arzobispo de Granada, realizó su tradicional mensaje de Navidad enfatizando la necesidad de recuperar la alegría cristiana, una alegría auténtica y profunda que brota de la esperanza en Dios. Inspirándose en las palabras del papa Francisco, subrayó que “Nos han robado la alegría a los cristianos, y es verdad. A veces, la alegría desaparece. Vamos como pidiendo el pésame por ser cristianos”.



Ante esta realidad, Gil Tamayo llamó a aprovechar el tiempo de Navidad para hacer un paréntesis en medio de los problemas cotidianos y reencontrar la alegría verdadera: “Que la Navidad sea una fiesta de alegría, pero una fiesta de alegría basada en la esperanza”, espetó.

El arzobispo recordó que el motivo central de la Navidad es la certeza de que Dios está con nosotros. “Ese es el motivo de nuestra alegría. Dios nos quiere, está a nuestro lado y nos ayuda”, continuó.

El prelado animó a los fieles a renovar su confianza en el Señor, especialmente en un mundo lleno de sufrimientos y desafíos. Reconoció el dolor de quienes enfrentan pérdidas, pobreza, enfermedades y conflictos, pero insistió en que la esperanza cristiana no es un optimismo vacío, sino una fe sólida en la acción de Dios en nuestras vidas.

Solidaridad y compromiso en el horizonte del Año Jubilar

El mensaje navideño también miró hacia el próximo Año Jubilar 2025, que se celebrará bajo el lema Peregrinos de Esperanza. El arzobispo granadino invitó a los cristianos a vivir esta celebración como una oportunidad para profundizar en su fe y renovar su compromiso con los demás. En este contexto, destacó la importancia de abrir el corazón a las necesidades de los más vulnerables, desde los pobres y los inmigrantes hasta las víctimas de guerras y catástrofes. “Que nuestro cariño y nuestra caridad no terminen el 7 de enero, sino que se prolonguen a lo largo de todo el año“, pidió.

El arzobispo concluyó su mensaje invocando la intercesión de la Virgen María, Nuestra Señora de las Angustias, y pidiendo que inspire unidad y concordia en el próximo año. “Que María, la Causa de nuestra alegría, nos ayude a ser peregrinos de esperanza en un mundo que tanto lo necesita”, concluyó.

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